La circunstancia de la coincidencia de cuestiones de tan alto grado de emotividad, contrasta con el sufrimiento de una pandemia planetaria de enorme virulencia y peligrosidad con fuerte resentimiento de la salud, morbi mortalidad elevada en algunos casos y secuencias en el ámbito económico, educativo y laboral verdaderamente de gravedad muy significativa.
Nuestra idea es ir trayendo a este sitio, temas que hagan al mejor conocimiento de ambos valores e invitar a quienes quieran acompañarnos, aportando sus vivencias que nos permitan acercarnos un poco más al tema que hoy nos convoca. Abajo colocaremos direcciones de correo y links que les facilite acceder al espacio, con la salvedad que iremos acomodando los aportes e imágenes, si las hubiere, acorde a la entrega por parte de los interesados.
Hoy vamos a recordar con una fotografía la procesión de abril, cuando un puñado de sacerdotes y agentes de seguridad acompañaron el trono en una vuelta a la plaza principal, con los protocolos exigidos por la pandemia.
No faltó algún canal de aire nacional, que trató a la instancia como un acto delictivo lo que fue contestado desde esta misma página acorde al dislate de la conductora de tal espacio televisivo. Curiosamente los mismos canales, nada dijeron cuando se hicieron multitudinarias marchas de gremialistas, de recordadores de fechas teñidas de politiquería o de fechas por recordación de fallecimientos.
Catamarca dejó que su Madre salga a bendecir a sus hijos y durante muchísimos meses no hubo que lamentar casos de contagio, sin embargo comenzaron éstos cuando algún descuidado ingresó contagiando, cuando se descontrolaron encuentros en multitudinarias reuniones clandestinas o cuando no se respetaron protocolos en aquellos que podían viajar por razones ligadas a compromisos políticos y no de salud.
Esperemos que, cuando nos llegue el momento de la recordación de diciembre tomemos las medidas que nos permitan mantener la seguridad necesaria, con la presencia del modo más cuidadoso en la salida de la Virgen cuatro veces centenaria, a bendecir a sus hijos creyentes.
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