https://www.youtube.com/watch?v=80IM_f3BjE8&t=20

Las charlas de café se transforman en espacios académicos donde Demo da cátedra, necesita de discípulos, necesita destacarse del resto, no le importa, es más, se burla del dicho que tiene por lema el pueblo japonés que dice: “clavo que sobresale hay que remacharlo”.

De niño Demo era un nabo para todos los deportes, en especial el futbol, pero como era el dueño de la pelota organizaba los partidos y dejaba jugar al resto si le pasaban el esférico para hacer los goles.

Le pasó varias veces que le dejaron la pelota picando frente al arco y le erró, por supuesto que le echaba la culpa a un pozo, a un cascote, a un charco de barro, inventaba cualquier excusa para no reconocer que era un auténtico tronco.

Con el tiempo algo fue mejorando, igual no estaba para ser elegido como jugador de ningún club, pero Demo seguía insistiendo en ir a patear con los muchachos del barrio en algún picadito.

Un día nos contó que estaba mirando un partido de futbol entre dos clubes conocidos de su ciudad y empezó a dar indicaciones desde el alambrado a uno de los equipos. En un momento se le acerca una persona y le preguntó quién era, pensando que se trataba de un Director Técnico simpatizante de ese club.

Demo en seguida se dio cuenta que esa persona podría ser un dirigente y le dijo que era Administrador de Empresas pero que estaba haciendo el curso de DT.

El hombre se presentó como Presidente del Club y lo invitó a tomar un café. Allí le contó que necesitaban un DT y le propone el trabajo a Demo.

Demo le contesta que lo va pensar, se va su casa a investigar sobre el tema, mira unos cuantos videos, se da cuenta que su profética frase: “todo es cuestión de plata”, también se aplica a este juego.

Se reunió con el Presidente y le hizo una serie de preguntas:

- ¿Con cuánto dinero podía contar para comprar jugadores? ¿Cuánto era lo que le iban a pagar a él? En fin, todas preguntas relacionadas con la economía del club.

El Presidente se pone un poco incómodo y le dice que lo que vale es el amor a la camiseta, al club, es un compromiso con el barrio.

Demo se levanta, le da la mano y le dice: "disculpe, no se puede vivir del amor” y se va. Y mirando a su público cautivo del relato, termina con otra frase matadora: "es como querer sembrar en el desierto”.

¿Y vos, vivís del amor?

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jorgebalangero@gmail.com

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(*) Soy Jorge Balangero y hago relatos ilustrados

Vivo en Rafaela, una ciudad al oeste de la provincia de Santa Fe (la Perla del Oeste). Estudié Arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, (UBA), luego Licenciatura en Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional del Litoral  (UNL, Santa Fe) y Doctorando en Educación en la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF, Santa Fe).

A lo largo de mi vida me han influenciado muchos escritores, artistas plásticos, músicos y películas, que de algún modo han dejado una huella en mi modo de ser y pensar. Me considero una persona que disfruta mucho leer, escribir y dibujar.

Mi actividad laboral principal en la actualidad, es la docencia universitaria. Desde hace ya 31 años que soy Profesor de Diseño Arquitectónico, Planeamiento, Teoría de la Arquitectura en la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Tecnología (UTN Rafaela). También trabajo en mi profesión de Arquitecto.

Escribí varios libros, algunos de arquitectura y otros para niños. Fui director del suplemento Hábitat del diario La Opinión de Rafaela.

Podría definir lo que hago, como un intento de enseñar a pensar de manera no tradicional los problemas, básicamente los del tipo creativo como pueden ser los de arquitectura. Pensar más en paralelo que lineal.

La galería de personajes que integran mis relatos ilustrados tienen todos distintos modos de mirar la realidad. Me interesa, a partir de ellos, movilizar al lector con preguntas, como, por ejemplo: ¿Qué haces cuando vas de viaje, te interesa conocer gente, o sólo mirar el paisaje? ¿Eres un todólogo en ciencias generales o alguien que investiga más antes de dar una opinión? ¿Puedes imaginar personajes fantásticos? ¿Le buscas un sentido a la vida? ¿Qué clase de humor tenés?

Me gustaría que mi trabajo les interese a todos, en especial a la franja de gente joven, que están más abiertos a las posibles interpretaciones de los relatos ilustrados. Si bien las personas entre 50 y 70 años son los que están más familiarizados con los temas y personajes que describo, tuve experiencias con otros grupos etarios.

Presenté en escuelas y jardines de infantes el libro silente “Aventuras de la mano”, donde conté cómo hice los personajes Malvek y Miguita logrando cosas interesantes que surgen de la imaginación de los niños que crean historias a partir de ellos. Lo mismo ocurre con los Allis Luxus en adolescentes, o Demo Kober y el Hombrecito de Corcho con adultos en general.

Actualmente soy colaborador en el Sección de Cultura del Diario El Pucará.