Museo Folklórico “Juan A. Carrizo”, las generaciones actuales no saben de qué hablamos, quizás algunos no sepan que existió, y ¿sabemos quién fue Juan Alfonso Carrizo?

Les voy a contar lo poco que yo conocí, sin saber que estaba en la etapa final de su desaparición. Si, el museo ya no está más. Hasta hace 5 años atrás, el Museo funcionaba en el subsuelo de “La Alameda”, justo debajo de la estructura central, albergaba alrededor de 553 piezas, de las cuales ya en ese momento no todas estaban en exposición, “por una cuestión de espacio, de infraestructura”.

El museo dependía de la Dirección de Patrimonio: entidad de gestión que representa y asocia en esta materia que es de su competencia; autoridad responsable, para hacer cumplir las normas de salvaguardar el patrimonio cultural.

Desde la entrada al museo, se podía ver un gran salón, dividido en varias salas, sala Juan A. Carrizo, sala de instrumentos musicales, de elementos de usos diarios del hombre rural, sala de fiestas ancestrales, de tejido, sala de elementos de caballería y de cocina…

Un museo con historia, con dedicación!, en el año de “Fray Mamerto Esquiú”, entre los actos centrales de ese tiempo estuvo la inauguración del Museo Folklórico, 10 de Mayo de 1976. El acervo del museo fue donado en su mayoría por particulares. El acto se llevó a cabo en la sede del Instituto de la Tradición que funcionaba en calle Rivadavia Nº 312.

Llevaba el nombre de Juan Alfonso Carrizo, nacido en San Antonio Departamento Fray M. Esquiú- Provincia de Catamarca, recopilador de la poesía oral Americana, miembro correspondiente de la Academia de Letras y de la sociedad de historia Argentina, miembro honorario de la Sociedad Folklórica de México, miembro fundador del instituto de historia, Lingüística y Folklore de la Universidad de Tucumán, fue numerario de la junta Nacional de Intelectuales, Gran Folklorólogo Argentino, quien ha dedicado su vida a rescatar el venerable tesoro de la cultura tradicional.

En sus inicios era un museo muy activo, desplegaba una amplia gama de actividades que llegaban hasta las instituciones educativas de nivel primario, se difundían los juegos tradicionales, ciclos de cuentos infantiles “saber para contar y contar para saber”.

Realizaban visitas guiadas, proyecciones audiovisuales, festivales, concursos, exposiciones, cursos de artesanías, quechua y museología. En el año 1986 el museo recibe una mención especial, en el concurso nacional “El museo más activo del país”, le fue otorgada por la importante labor desarrollada en pro de las personas con discapacidad visual. Una de las personas que acompañó la trayectoria y amor por su preservación fue la Sra. Gúmila B. de Acosta, gran hacedora de la cultura de Catamarca.

No podemos seguir dejando ir nuestra historia, despertemos, mostremos interés por lo nuestro, valoremos y cuidemos, como sociedad somos responsables de nuestro patrimonio, a través de ello descubrimos de dónde venimos, quienes somos.

(*) Tecnica Superior en Turismo