Otro país árabe que rechaza recibir a los palestinos de la Franja de Gaza o de los territorios de Judea y Samaria. La historia demuestra que cuando la OLP, la Organización para la Liberación Palestina, llegó a Jordania en 1970, intentó asesinar al rey Hussein I y montar un estado paralelo llevando a las fuerzas de seguridad jordanas a protagonizar el "septiembre negro".
En Líbano la llegada de los palestinos implicó el inicio de una guerra civil todavía latente donde los cristianos fueron masacrados y suplantados por los musulmanes. Hubo más de 200 mil muertos y más de un millón de desplazados. En la Guerra del Golfo, aun con Kuwait dando millones de dólares para los territorios, la OLP se alineó detrás del dictador iraquí, Sadam Hussein y se enfrentó al resto de las monarquías árabes.
En Siria fueron sofocados por el régimen de Assad en una guerra sectaria entre los alauitas chiitas y los árabes sunitas, una guerra que sigue también abierta y que a finales de 2024 depositó al que fuera líder de Al Qaeda, Frente Al Nusra y el Estado Islámico, Ahmed Al Sharaa. Se estima que más de 4 mil palestinos fueron asesinados.
Una historia real no de un pueblo perseguido ni oprimido, sino de un pueblo radicalizado que durante años le sirvió a los países árabes como arma política contra Israel y hoy es un gran estorbo para las direcciones que las políticas de estos países han tomado. En esto, Israel no tiene nada que ver.