Opinión

La renuncia de Posse y el volantazo de Milei que hacen temblar a Jalil

Nada es para siempre, frase o reflexión que nos refiere a la naturaleza temporal de todas las cosas en la vida. Significa que todo, tanto lo bueno como lo malo, eventualmente llega a su fin. Desde una vieja amistad hasta un hecho político favorable.

Desde el momento que comenzó a palpitarse la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete, se resquebrajaba una amistad de años y en simultaneo en una provincia del NOA, el séquito minero que acompaña al gobernador Jalil empezó a padecer noches de insomnio. El esquema de YMAD S.E. que tan bien habían pergeñado desde el 10 de diciembre pasado hasta abril que se materializó, sólo había durado poco más de un mes. Es que el éxito, a veces, alienta a los inteligentes y por lo general atonta más a los que ya son tontos, pero en ambos casos, es efímero.

En efecto, Jalil había festejado en la intimidad de familia el 8 de abril pasado y lo malo llegó el pasado lunes 27 de mayo. Tembladeral político, pues la única caja que podía darle algún respiro a su maltrecho gobierno, se evaporaba repentinamente al entrar no ya el flamante presidente Limodio en la incertidumbre sino la totalidad del directorio de la estatal minera del NOA, ya que el presidente Milei al colocar a Guillermo Francos en la Jefatura de Gabinete quiere revisar todo lo hecho por Posse en relación a las empresas públicas, con la clara intención de debilitar al gobernador y en general a todos los gobernadores que rechazaron el Pacto de Mayo y en lo posible quitarles esa porción del presupuesto nacional que les llega a través de las empresas públicas.

Es difícil saber con precisión qué eyectó del puesto de jefe de ministros, amigo de tantos años, compañero de trabajo en Holding de la Corporación América del empresario Eduardo Eurnekian, de buenas a primeras, se perdió la confianza y la chequera de Milei ahora pasó a manos de otro dilecto amigo como es Guillermo Francos. Se habló de espionajes de baja monta, de falta de gestión y de fracaso político frente al Congreso, lo cierto es que Posse se despidió de su cargo en el Tedeum de la Catedral de Buenos Aires, el 25 de Mayo pasado, justamente el mismo día del fiasco político que fue el pacto de Mayo para Milei, y su permanencia en el elenco gubernamental ya es historia. Y no sólo la chequera sino cientos de nombramientos quedaron bajo la lupa directa del presidente, entre los cuales está el directorio de YMAD.

Haciendo equilibrio entre la salida de la presidencia de YMAD de Fernando Jalil y su permanencia en el directorio con un rango menor pero manteniendo el derecho de voto y la designación de un aliado de Horacio Rodríguez Larreta, como Juan Pablo Limodio, Jalil logró sacar una suculenta cifra de dividendos anticipados a favor de la provincia de Catamarca, y de ese modo posicionar a su hermano como candidato natural a sucederlo, frente a las débiles aspiraciones de Gustavo Saadi, de cara al 2027 y mucho más porque el alcalde de San Fernando del Valle de Catamarca tiene que bailar el resto de su mandato con la más fea, que es la falta de subsidios y la crisis permanente que le genera el evidente déficit operativo de la caja municipal. Ya se sabe, para ser gobernador, antes, el viento debe soplar a favor y el intendente capitalino está al horno, con los municipales que no le dan respiro ni tregua.

Poco le duró a Jalil la seguridad básica de controlar YMAD en tiempos de vacas flacas. Un poco más de un mes y seguramente ante las “malas noticias” acerca un cambio radical o una nueva política del gobierno nacional sobre las empresas públicas, muchos gobernadores que están convencidos que son pícaros, entraron o entrarán en pánico, algo así como una devolución de favores por la excesiva tardanza de los senadores nacionales, en especial los del kirchnerismo y peronismo, de firmar los despachos en comisión para poder dar tratamiento a la ley Bases, que tiene media sanción de Diputados. El que las hace las paga, diría la ministra de seguridad.

Y claramente Nicolás Posse no reunía las condiciones políticas para desarmar los laxos esquemas con los que armó la administración del entramado de las empresas públicas. Salvando las distancias y contextos políticos, un fracaso similar al de Rogelio Frigerio, con los gobernadores peronistas que aseguraron la derrota de Macri para su segundo tiempo. Esa circunstancia Milei la conoce a la perfección, sabe que los gobernadores peronistas son tipos jodidos y es por eso que saldrá con los tapones de punta a birlarle las cajas, que tendrán que negociar mirando de reojo al Senado Nacional porque pronto se les acabará el tiempo y la tranquilidad con la que venían durmiendo la siesta, esperando el fracaso del gobierno nacional.

Literalmente, con el nuevo esquema de poder, desde la Casa Rosada advirtieron que quedará todo “bajo evaluación” ya que “toda la estructura de la Jefatura de Gabinete y de los directorios de empresas públicas se va a evaluar, algunos quedarán, otro no”. Es que hay decenas de directores de sociedades de Estado que llegaron allí por Posse y que ahora quedaron bajo observación.

En las próximas horas, veremos a Raúl Jalil, y otros gobernadores peronistas harán lo mismo, salir con premura hacia Buenos Aires a reunirse con el que él cree que es su amigo político, Guillermo Francos, para rogarle que no toque ni revise el directorio de YMAD, ante la atenta mirada de Gustavo Saadi que quiere el fracaso de la gestión de Jalil en Nación, lo mismo que los senadores Andrada y Corpacci, que no quieren saber nada con la permanencia ininterrumpida del Grupo Jalil en el poder de cara al 2027.

Como se puede apreciar con nitidez, ninguno de estos oscuros personajes está pensando en el sufrido pueblo catamarqueño sino en ellos mismos, porque, aunque la torta tenga sólo un piso durante el gobierno libertario, ellos, los dueños del poder en Catamarca, también saben que nada es para siempre. Quizás sea la hora de buscar un buen candidato en las fuerzas del bien, para desterrar a la casta de corruptos que nos gobierna casi en forma interrumpida desde hace muchas décadas.

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