El pasado martes 6 de octubre, a las 11.30 am, un avión Learjet 45 sanitario, perteneciente a la gobernación de Santiago del Estero, aterrizó en el aeropuerto El Palomar. Cuando efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria realizaron los controles, se encontraron con un bolso con $ 4.500.000 y US$ 4.800.

El bolso, pertenecía al copiloto de apellido Azar, un empleado de la gobernación, que estuvo preso, en una suerte de justificación ilusa, dijo que llevaba ese monto para entregárselo a un amigo y comprar dólares pero se negó a declarar. Su padre es el director de Aviación Civil de Santiago del Estero.

El mismo termino en la justicia imputado por lavado de dinero y debe probar el origen de los fondos.

Desde la provincia reconocieron el hecho y decidieron que el hombre no pertenezca más a la gobernación y se lo excluye del staff de pilotos de la dirección civil de Aviación de dicha provincia. Reiteramos un avión de lujo, supuestamente afectado a traslados sanitarios, utilizado por un empleado estatal llevando dinero que ¡no pudo? o ¿no quiso? justificar. Está absolutamente claro que el piloto ocultó información.