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Opinión

"La Voz del Jubilado" denuncia la grosera corrupción existente en el PAMI

Para generar buenos resultados es fundamental que lleguen a los beneficiarios, los servicios que debe proporcionar como corresponde, nuestra obra social el Pami, pero esto no ocurre en la mayoría de los casos y esto se explica por la grosera corrupción que existe en la misma, utilizando los recursos que aportamos trabajadores y jubilados en negocios espurios y compras innecesarias que nada tiene que ver con la atención en nuestra salud.

Vemos como se desvían fondos siderales en subsidios a centros de jubilados inexistentes, licitaciones sospechadas para la provisión de elementos que solo sirven para actos carnavalesco y no para lo que sería necesarios como ser en la compra de audífonos, prótesis etc, etc, etc por las que proclaman y reclaman nuestros pares.

Diariamente fallecen muchos jubilados por no recibir atención, por turnos larguísimos, por los tramites burocráticos que tienen que realizar para acceder a un medicamento, insumos, autorización para una prótesis para realizar una cirugía, más allá de que los decesos no se hagan público, sin duda alguna en la percepción de mucha gente, el hecho refleja lo expresado anteriormente, la desatención y el maltrato que diariamente sufren millones de jubilados.

Los problemas se potencian por la administración oscura y dispendiosa, por la utilización de nuestros recursos en programas que no tienen nada que ver con nuestra salud, como lo manifiesta la creación del Instituto, sino en absurdas contrataciones y compras que solo reflejan la gran corrupción que existe en nuestra obra social y para acrecentar el patrimonio de algunos funcionarios y en la ambición para recaudar recursos para sus campañas políticas, que es la única intención que los lleva, para estar al frente de dicho organismo.

Hace décadas que los recursos de nuestra obra social no son destinados a la cobertura sanitaria y el motivo es la cautividad que promueve el despilfarro y la malversación de los fondos.

Para no seguir perseverando en el fracaso es necesario introducir un profundo cambio y ese cambio es la Normalización de nuestra obra social y entregársela a sus legítimos y verdaderos dueños, los jubilados y trabajadores.

Consideramos sin duda alguna, que al tratarse de una Institución que debe garantizar como lo dice la Ley de su creación la 19.032 el acceso a todas las prestaciones médicas para el beneficiario y su grupo familiar, no pueden ni debe delegar cualquier gobierno de turno ya sea a través de un decreto o intervención sus funciones de conducción, de planificación, de administración, de evaluación o de control a personas que no tienen nada que ver con dicho organismo, que solo vienen y acceden a dirigirla con la sola intención de poder conseguir sus ambiciones personales, usurpando un lugar que no les corresponde, donde proliferan los actos de corrupción y dejando a la misma cuando terminan sus gestiones, con elevada y abultada deuda, que después se tienen que hacer cargo sus dueños, los trabajadores pasivos y activos, por las falencias, desconocimientos que esta gente genera, al no estar capacitados para estar al frente de la misma.

Nosotros entendíamos y entendemos como consta en un proyecto de Normalización, que hemos realizado los jubilados, ya que para discutir el PAMI implica discutir una institución pública no estatal, implica discutir la universalidad de las prestaciones, implica prohibir la posibilidad de la tercerización e implica garantizar la integralidad de las prestaciones médicas y salud para sus beneficiarios. Y entendemos que para este tipo de cuestiones es imprescindible la democratización de la institución.

A nuestro juicio, democratización supone mayoría para los jubilados, representación de los trabajadores y participación minoritaria por parte del Estado. Asimismo, planteamos la necesidad del voto directo de los trabajadores y de los jubilados para elegir su representación en el directorio. Estos son los contenidos básicos de nuestra propuesta.

Con esto quiero decir que, desde nuestro punto de vista, sólo democratizando es posible plantear una gestión sobre el PAMI, que permita independizar y ganar autonomía en el uso de los recursos que el PAMI maneja y liberarlos tanto de los conchabos políticos que fueron característicos de las diferentes intervenciones, que desde hace muchísimos años venimos soportando sus legítimos dueños.

Es necesaria la más amplia unidad de los jubilados y pensionados, de los trabajadores, para que nuestra Obra Social El Pami la más grande de Sudamérica esté en manos de los mismos que son sus verdaderos dueños, por eso solicitamos la pronta y tan merecida Normalización.

 

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