El reciente ataque, del hijo de un legislador provincial, a la oficina de ANSES en ésta ciudad expuso algo más que un ataque de furia o de ira; de alguien vinculado al poder en la perla del oeste.

Los oscuros manejos políticos entre la Provincia y el Municipio de Andalgalá, sumado a las aspiraciones desmedidas del senador provincial Horacio Gutiérrez, tienen mucho que ver y cobran relevancia en un hecho vandálico a la dependencia del organismo nacional. Con esto queremos decir, sin justificar, que muchas veces los ataques de ira tienen un explicación, o para decirlo con todoas las letras, tienen una causa. No pasan porque a algun loquito se le ocurre provocar desmanes.

El gobierno provincial y sobre todo el sector vinculado a la senadora nacional Lucia Corpacci, buscan empoderar con las distintas cajas del Estado al citado Gutiérrez, que no sólo maneja las distintas áreas y recursos del aparato provincial, sino que logró obtener una herramienta clave de influencia política, con los beneficios que otorga el ANSES.

Para manejar el engranaje, ahí sentó como Jefe de Oficina, a Fernando Soria, un militante con antecedentes de todo tipo; nada muy distinto a lo que ocurre en el patrón social de una sociedad con enormes recursos naturales, pero con niveles de desigualdad, exclusión, pobreza y olvido que manifiestan las consecuencias de una política minera para pocos, y que por supuesto se manejan cometiendo arbitrariedades de todo tipo y color.

Aprietes y desmanejos

La oficina de ANSES en Andalgalá, fue la última dependencia inaugurada en Catamarca por la directora Ejecutiva de Anses, "la camporista" Fernanda Raverta, lo hizo a través de un video en sus redes sociales privadas, tal vez por alguna razón, no se difundió con todas las pompas en los canales oficiales y enormes pautas del organismo. Se hizo de manera  “discreta”.

Lo curioso, es que a varios meses de su apertura, los empleados no tienen claves, perfil institucional, capacitación, ni manejo operativo y técnico para que la maquinaria del Estado funcione como corresponde en un país normal. Todo lo contrario, la capacidad de gestión de Enzo Carrizo, Jefe de la UDAI ANSES Catamarca, sólo se limita a enviar todas las semanas personal de Catamarca que viaja para tapar el enorme incendio y caos que es la oficina de Andalgalá, que claramente no es lo que parece ser sino otra cosa muy distinta. Que el edificio parezca de Anses, no significa que realmente lo sea. La realidad indica otra cosa.

Los cuatro empleados que tiene- todos laderos políticos- más Fernando Soria, no pueden resolver un trámite porque no tienen ni idea, no saben para qué están, y por supuesto que tampoco tienen las herramientas necesarias para hacerlo. Entonces acumulan documentación, manejan al público a cambio de una promesa de votos y luego pasa la maquinaria de comisiones de Carrizo a retirar lo que en la oficina de Andalgalá no pueden hacer. Eso es demostrativo de que las apariencias engañana. El público ve la cartelería y supone estar ante una delegación de Anses. Pero no, es otra cosa.

Las tres nuevas dependencias se asemejan a un esquema administrativo, operativo e institucional que ronda el escándalo y la vergüenza. Trascendió que los empleados de la oficina de Andalgalá, como son rehenes de Gutiérrez, deben cumplir por la mañana horas en la oficina de Anses y por la tarde en el mini CAPE. Rehenes o esclavos. La necesidad, muchas veces, tiene cara de hereje.

Pero lo más grave, es que el Estado paga un alquiler, cinco contratos y una estructura que hasta ahora no genera ningún beneficio para los andalgalenses, porque no pueden ni siquiera generar un CUIL.

Con esa misma lógica, Enzo Carrizo pretende inaugurar una oficina en Saujil, en la propiedad familiar de Francisco Montran, un joven leal al CEO de ANSES; para encaminar su “floja” candidatura a intendente. Todo con la intención de contar con paladares negros.  Por eso nombró a Francisco Montran en la UDAI de Tinogasta (que merece un capítulo aparte) pero que presta tareas en Saujil o incluso es un ñoqui o “libero” con aires de funcionario nacional.

Lo sucedido en la oficina de Anses ponen al descubierto los turbios manejos políticos, la intención férrea del Gobernador Raúl Jalil y su socia Lucia Corpacci de quedarse con ese municipio, al que ellos, tal como ocurre en Antofagasta de la Sierra, es clave; el principal bastión minero, que les trajo a ambos más de un escándalo y que encuentra en  las ambiciones de Gutiérrez y en la principal caja del Estado Nacional, una nueva perla.