Desde el Concejo Deliberante, expresamos el malestar y el enojo en un comunicado, por las malas decisiones por parte del ejecutivo provincial, en desplazar del cargo al Juez de paz de Huillapima, persona nacida en Huillapima, designando a otra que el pueblo no conoce.

Estas decisiones de la política, sin duda por compromisos y por querer acomodar a alguien, genera malestar en una sociedad, que claramente distingue el amiguismo político de fondo. También, como lo es el caso de Icaño, donde nombraron a la mujer del Intendente.

Este tipo de cosas no le hacen bien a la buena política, ni a las instituciones, más en los procesos delicados que atraviesa la provincia, sumado a que se designa una persona en cargo que acaba de recibirse de abogado.

Este tipo de cuestiones, jamás son consultadas con el Concejo o con la gente, siendo que son ellos a los que lo funcionarios se deben.

En cuanto a la situación de la comuna, la problemática de los vecinos radica en la calidad de los servicios, y el gobierno no se está haciendo cargo debidamente de la problemática de agua y de luz, hablando de servicios básicos, y son los ministerios también quienes no salen a dar soluciones a las jurisdicciones.

Se lo escucha hablar al gobernador de obras millonarias, pero las pequeñas obras que afectan o benefician al vecino no se están solucionando. Hoy tenemos escuelas tomadas simplemente porque no se arreglan los baños, y el gobernador anuncia obras de 150 millones de dólares en megas obras, que seguramente van a servir, pero no solucionan los problemas inmediatos que la gente necesita.

Nos sentimos discriminados en la inclusión de obras, en Capayán, lamentablemente no entra en el presupuesto, hay anuncios de obras que nunca llegan, localmente no hay impacto directo, social o económico, que nos sirva.

El gobernador, está más abocado a sus viajes por el exterior, que a solucionar la problemática de la gente.