Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
{{dayName}} {{day}} de {{monthName}} de {{year}} - {{hour}}:{{minute}} hs.
Dólar (BNA): $850,00 / $890,00
Dólar Blue: $995,00 / $1.015,00
Dólar CCL: $ / $
Dólar MEP: $1.024,17 / $1.026,47
Peso Chileno: $91,04 / $91,14
Opinión

 La ilustre vida, la precaria salud y la penosa muerte del  Dr. Manuel Belgrano

20 de junio: Día de la bandera - en homenaje a la desaparición física de su creador, el prócer más puro de nuestra patria, modelo de virtud cívica.

(Desde la visión de un médico)

Manuel  José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770 (En su honor el 3 de junio se celebra el Día del inmigrante italiano). Hijo de un rico comerciante italiano, Domenico Belgrano Peri y de una criolla con raíces en Santiago del Estero, María Josefa González Casero, su educación preuniversitaria la recibió en el Real Colegio de San Carlos, actual Colegio Nacional de Buenos Aires.  Luego su padre lo envió a España a estudiar Comercio y Derecho, en las prestigiosas Universidades de Salamanca y Valladolid, graduándose, con honores, de abogado a los 23 años. Hablaba inglés, francés e italiano.  Allí se imbuye de las ideas de la Revolución Francesa  y puede leer a los tratadistas Rousseau, Voltaire, Adam Smith y Quesnay en sus idiomas originales. De estos se impregna de las ideas de libertad, igualdad  y fraternidad; también de la importancia de la tierra como fuente de riqueza y prosperidad, y la trascendencia del trabajo del hombre en la producción y transformación de la materia prima. El joven, y refinado por su esmerada educación, letrado, creía que este modelo se podía aplicar en su tierra natal, y con esas ideas regresa, y desarrolla una intensa actividad profesional como abogado, economista, periodista y gran defensor y propulsor de la educación como condición esencial para el progreso de los pueblos.

Belgrano retorna de España en 1794, nombrado por el Rey secretario del Real Consulado de Buenos Aires.

Posteriormente debe, por servicio a la Patria, asumir la conducción de un ejército, sin haber recibido jamás educación militar, ni empuñado un arma. Eso le da aún más valor a su figura de patriota, héroe de la independencia y creador de nuestra bandera, con la historia que todos conocemos y que no es el objeto de esta nota.

Según lo que se recoge en la bibliografía especializada, era una persona hiperactiva, muy trabajadora, que dormía poco por estar pendiente de sus obligaciones y controlar que todo lo que estaba a su cargo estuviera correcto. Este comportamiento también lo tiene al frente del ejército, donde se dice que hasta las cocinas estaban bajo su supervisión y  control.

Los aspectos más relevantes de su personalidad que destacan los historiadores son su capacidad analítica, su honestidad intelectual y material, su honradez y rectitud de conducta.

Su responsabilidad profesional lo llevó a repartir su ya escaso tiempo para estudiar tácticas y estrategias de la guerra, cuando estaba formado para ser abogado y economista.

Cuentan sus biógrafos que desde niño tuvo una frágil salud, y a poco de volver de España comienzan sus problemas. Padece episodios de fiebre, astenia, síntomas inespecíficos por lo que debe tomar licencias, se decae, tiene padecimientos oftálmicos, etc. Y le es diagnosticada una infección crónica. Recordemos que estamos a fines de 1700, con la medicina en pañales, y sin haberse descubierto los antibióticos, por lo que en esa época estas enfermedades eran frecuentes y muchas veces se hacían crónicas y de difícil diagnóstico etiológico, cuando no terminaban con la vida del paciente.

O sea que cuando él asume en el ejército en 1812 ya se encontraba enfermo, a lo que se suma la presión y el stress de la nueva responsabilidad en una actividad que no era la suya.

Cuando después del éxodo jujeño y el resonante triunfo en la  batalla de Tucumán llega la batalla de Salta, el prócer la debe afrontar muy enfermo, y relatan las crónicas que antes de la batalla tiene importantes vómitos de sangre, abundantes y persistentes. Por las descripciones  probablemente se haya tratado de una hematemesis, o sea sangre de origen digestivo, y no de hemoptisis, o sea de origen respiratorio, lo que era usual en la época por una enfermedad bastante común y hasta "romántica", la Tuberculosis (La dama de las Camelias, Boquitas pintadas), que hacía estragos.

Esta hemorragia digestiva, en una persona joven, hace pensar en una úlcera gástrica  o una gastritis erosiva, patologías ambas en la que el stress juega un papel preponderante. Por suerte el médico puede parar la hemorragia (más probablemente por la propia reacción del paciente y una buena coagulación natural, que por las escasas y dudosas terapéuticas que existían en ese momento), y a pesar del mal estado general y la anemia residual puede dirigir la batalla montado a caballo, lo que se consideraba improbable por su estado, por lo que se le había preparado un carruaje a tales fines. Como todos conocen, la batalla de Salta fue otro resonante triunfo de las armas de la Patria.

La hematemesis se repitió en otras ocasiones y finalmente pareciera que remitió, habiendo influido favorablemente en su ánimo, los éxitos militares y la compañía y los cuidados de su compañera de ese entonces María Josefa Ezcurra, hermana de Encarnación, esposa de Juan Manuel de Rosas, que había decidido acompañarlo en la campaña del norte.

Maria queda embarazada, tiene al niño, pero como no estaban casados, sus padres no lo aceptan y les exigen que lo entreguen en adopción a su hermana, Encarnación y su esposo Rosas (Crueldad muy común en la época). El matrimonio adopta al niño que anotan como Pedro Pablo Rosas y Belgrano.

Belgrano recibe órdenes de avanzar al norte, hacia Potosí, persiguiendo al ejército realista.  Su salud, crónicamente deteriorada, vuelve a resentirse. Se enferma de Paludismo, conocido ese entonces como Malaria o fiebre terciana, transmitida por la picadura de un mosquito. El paciente tiene fiebre elevada, escalofríos incontrolables, gran malestar general, dolores de tipo reumático y postración. Las crisis duran 2 o 3 días, remiten y repiten. Belgrano escribe que "no puede ni hablar".

Así, enfermo, debe enfrentarse al enemigo en los combates de Vilcapugio y Ayohuma, cuyos resultados todos conocemos. El Paludismo lo acompaña por el resto de su vida, y continúa con sus problemas digestivos, agravados por las malas dietas de campaña.

Regresa a Tucumán muy enfermo y le transfiere el mando del ejército a su amigo, el Gral. José de San Martin en la Posta de Yatasto.

Por su precaria salud pide la baja del Ejército, pero antes, enfermo como estaba, debió someterse a juicio en Buenos Aires por las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.

Son requeridos sus servicios como diplomático y es enviado a Brasil y Europa, donde no logra el reconocimiento de la nueva nación. Durante el viaje, su salud algo mejora y las crisis de Paludismo desaparecen temporalmente.

Regresa a Buenos Aires y San Martin, le pide que acepte nuevamente la jefatura del maltrecho Ejército del Norte, a lo que no puede negarse, pero que le trae disgustos y sinsabores ya que no tiene respuestas a sus desesperados pedidos de equipamiento e insumos.

A comienzos de 1819 su cuadro de salud empeora manifestando "falta de aire, gran cansancio, e hinchazón". El médico le diagnostica Hidropesía avanzada. Esto significa edemas generalizados por retención de líquidos, lo que hoy conocemos como Anasarca, y sabemos que no es una enfermedad, sino una manifestación clínica o síntoma de una enfermedad: Insuficiencia Cardíaca o Renal, o ambas, en estadío avanzado. No quiere dejar el mando de su ejército y su cuadro empeora aún más, por lo que se ve obligado a hacerlo, y en grave estado lo trasladan en una carreta. Logra llegar a Tucumán, donde la situación política había cambiado, y es encarcelado con grilletes en sus hinchados tobillos. Su médico personal y amigo que lo acompañó durante siete años, el Dr. Joseph Redhead, tras mucho insistir, logra la prisión domiciliaria en precarias condiciones. Allí lo tienen unos 90 días, y ante su agravamiento, le permiten "ir a morir a Buenos Aires".

El viaje es una verdadera tortura. Deben llevarlo en una carreta, sentado porque acostado no puede respirar (ortopnea). No come ni duerme, pierde mucho peso. Está totalmente hinchado (anasarca) y la respiración es muy dificultosa. No puede movilizarse por sus propios medios. El médico hace lo imposible por mantenerlo con vida, y cuando llegan a alguna posta lo bajan a peso y lo higienizan. Logra arribar a Buenos Aires con vida pero totalmente deteriorado. Tenía 49 años!!.

Agoniza en su casa paterna con la compañía permanente del Dr. Redhead, familiares,  amigos íntimos y religiosos. Está en decúbito activo electivo semisentado ya que no puede respirar acostado.

Dicta su testamento, a pesar que no tiene nada para repartir, sólo deudas, porque está en la indigencia. (No olvidemos que provenía de una familia acaudalada, y trabajó toda su vida brindando importantes servicios a la Patria,  legandonos, nada menos, que nuestra bandera).

Pide ser sepultado con el hábito de los Dominicos en la Iglesia de Santo Domingo, próxima a su casa, y donde fue bautizado.

 

Una digresión: La reliquia permanecía en custodia en el Museo Histórico Nacional, hasta que en el año 2007 fue robada y jamás recuperada.

 

Ya es conocido que su lápida debió ser hecha con el mármol de una cómoda de su hermana, y que su único bien material, su reloj de bolsillo con su monograma, obsequio del Rey Jorge III de Inglaterra, se lo dejó a su médico, ya que no pudo pagar sus honorarios. Es todo cuanto puedo dar a este hombre bueno y generoso》

Recordemos que donó sus sueldos para equipamiento del Ejército de la Patria, y los cuarenta mil pesos fuertes, una muy importante suma para la época, que recibió como premio por los resonantes triunfos de Salta y Tucumán, para la construcción de cuatro escuelas. ("...nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los negocios públicos que el dinero o las riquezas, que estos son un escollo de la virtud…he creído de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de la patria, destinar los expresados cuarenta mil pesos para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras…")

Es igualmente harto conocido, porque nos lo enseñaron desde primer grado, que sus últimas palabras al expirar, a las 7 horas del  20 de junio de 1820, recién cumplidos los 50 años de edad, fueron "AY PATRIA  MÍA", pero no está de más, hoy más que nunca, también recordarlo.

El cuadro clínico, relatado por los historiadores, que es de lo único que disponemos, ya que en esa época no había ningún método complementario de diagnóstico, es sin duda el de una Insuficiencia Cardíaca Congestiva con edema generalizado, incluidos pulmones. Esto fue confirmado por la autopsia que realizó inmediatamente producida la muerte, el Dr. Sullivan, amigo de Redhead, que informa gran cantidad de líquido en todos los órganos, incluidos los pulmones, gran congestión hepática por el mismo motivo, e importante agrandamiento del Corazón, sin señales externas de daño, lo que significa que la causa de la enfermedad cardíaca no fue un infarto de miocardio. Por la edad del paciente, y por los relatos de su frágil salud, ya en la infancia, es de sospechar que la causa de esta miocardiopatía dilatada habría sido la afectación de las válvulas cardíacas ocasionada por Fiebre Reumática, enfermedad muy común en la época, acelerada por la vida azarosa de campaña y el stress. La Fiebre Reumática es una enfermedad infecciosa producida por una bacteria, el Estreptococo Beta - Hemolítico, que generalmente se adquiere en la infancia como consecuencia de una angina mal curada. Como nos enseñaban en la facultad, la Fiebre Reumática "lame" las articulaciones y "muerde" al corazón y sus válvulas. Hoy se cura  completamente con Penicilina. Me animaría a aventurar como posible diagnóstico alternativo o diferencial la hipótesis de una miocardiopatía chagásica, afección de etiología parasitaria no conocida en ese tiempo. Recordemos que el Dr. Carlos Chagas recién la descubrió en 1909.

Argentina Catamarca Día de la Bandera Independencia Argentina Manuel Belgrano

Comentarios

Te puede interesar

Teclas de acceso