Dos noticias sacudieron una vez más a la anonadada opinión pública catamarqueña que no puede salir de su asombro ante tanta hipocresía. Por un lado el parte de prensa de la Cámara de Diputados da cuenta de la sanción de una ley vinculada a la Economía Social, cuyo autor es nada más y nada menos que el senador por el Distrito más importante de la provincia de Catamarca, Maximiliano Brumec, a quien no hay otro forma que calificar de la forma que lo hacemos en el titulo o quizás podría ser al revés, un capitalista devenido en socialista. En el caso del senador, el orden de los factores no altera el producto. Veamos por qué.

El parte de prensa al que nos referimos, en forma textual dice que "Luego, la Cámara dio sanción definitiva de forma unánime a la creación del Consejo de Economía Social y Popular. María Argerich se encargó de expresar los fundamentos de la iniciativa impulsada por el senador Maximiliano Brumec resaltando que fue un texto único propuesto “por las organizaciones trabajando en conjunto y lo que busca es el reconocimiento expreso de la actividad”. “En Catamarca la economía social es una política pública de Estado, esta es una economía asociativa y colaborativa, donde la participación democrática es una bandera fundamental” señaló para indicar que a través del proyecto se. "crea el Consejo Provincial para que el Estado y las asociaciones tomen decisiones conjuntas en beneficio del sector, creando a la vez el registro para emprendedores y emprendedoras”.

Luego, Armando López Rodríguez puso de relevancia que Catamarca se convierte en la primera provincia “que marca un camino de la economía social desde la legislación”. Sin dudas, estamos frente un caso esquizofrenia política como se verá más adelante.

En forma simultánea, circuló por las redes sociales, una copia del contrato financiero (que agregamos al pie de éste editorial) que el Senador por el Distrito Capital con mandato entre los años 2019 y 2023 invirtió en una financiera que realizaba operaciones de intermediación financiera sin la correspondiente autorización de los organismos de fiscalización, la suma de U$S 75.000.- dólares billete estadounidenses.

Es una obviedad que el legislador deberá justificar ante la Administración Federal de Ingresos Públicos y ante la Justicia, luego que algún representante del Ministerio Público en cumplimiento de los deberes de funcionario, al enterarse de la posible comisión de un delito, inicie de oficio una causa penal por enriquecimiento ilícito contra el senador, uno de los pocos delitos donde se invierte la carga de la prueba, toda vez que es el acusado es quien debe demostrar que la tenencia de ese dinero, en este caso en moneda extrajera, tiene origen legitimo. En el punto debe tenerse en cuenta que la autoridad monetaria argentina solo permitía la adquisición de U$S 200 por mes, justamente desde que asumió el actual gobierno nacional.

Viene al caso traer la exacta definición de hipócrita: Veamos “Un hipócrita…es una persona falsa, que finge, que hace cosas que en realidad no haría en otra situación. Es una persona que actúa como otra, que utiliza la hipocresía, que no es justa, y sobre todo es alguien que no es de confianza”.

Párrafos atrás decíamos que el Senador Brumec sufre alguna alteración en el percepción de la realidad de su cargo de legislador. Podríamos definir su patología como una especie de esquizofrenia política, ya que por un lado enarbola un proyecto social que hace pocos días  se transformó en ley, vinculado a la Economía Social y por otro, invierte en dólares billete en un sistema piramidal escandaloso con un estafador preso, imputado y con semi plena prueba en su contra, que al tiempo de su inversión ya estaba cuestionado en Mendoza y en Córdoba y que en Catamarca había sido denunciado durante el año 2020. Y que además no tenía autorización para funcionar ni por el Banco Central ni por la Comisión Nacional de Valores.

En consecuencia, llegamos a la conclusión que Brumec padece esquizofrenia política, es un hipócrita, chamuyero que hace leyes para los giles que lo votan y al mismo tiempo atesora moneda extranjera, cuyo origen y tenencia tendrá que demostrar, frente un requerimiento del Ministerio Público, además de desarrollar actividades por fuera del sistema legal.

Maxumiliano Brumec debe renunciar a su cargo legislativo de Senador por la Capital, ya que por sobre todas las cosas, ha defraudado a su electorado y no es digno de representar a la Capital Provincial en la Cámara de Senadores, pues suscribe proyectos en los que no cree. Otro impresentable frente a la sociedad, como tantos otros que vamos descubriendo.