"No éramos especialmente hábiles aunque John era, indudablemente, el mejor con la pelota en los pies”, contó sobre la relación de los integrantes del grupo con la práctica activa del fútbol el baterista Pete Best, aquel que se fue rumbo a su destino porque supuso que no tendrían éxito.

“Un día me confesó que siempre había soñado jugar en Liverpool”, puntualizó el bueno de Best, que vivió junto a Lennon la etapa más bohemia de la banda, antes de la explosión”. “Yo, en cambio, prefería Goodison Park”, agregó mencionando así el estadio del Everton.

Es muy probable que Lennon haya festejado en la intimidad el gol de Cárdenas en Uruguay, como le gustaría a los hinchas de Racing, pero en cambio hay documentos fotográficos de como al año siguiente salió de parranda a celebrar la obtención de la Copa de Europa por parte del Manchester United, donde jugaba su amigo George Best.

“Gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté”, declaró por entonces endiablado delantero nacido en Irlanda, uno de los mejores gambeteadores de la historia del futbol, al que llamaban por entonces “El Quinto Beatle”, ante todo por sus arreglos capilares.

Que al grupo le importaba el futbol y que la ciudad natal de los cuatro era una pasión había quedado claro dos años antes del título intercontinental de Racing, cuando le enviaron un telegrama al plantel de Liverpool, que jugaba una final de la F.A. Cup.

"La mejor de las suertes, muchachos”, se leía en el telegrama, enviado a nombre del legendario entrenador Bill Shankly, que terminó festejando un 2 a 1 frente a Leeds United, el equipo que hoy dirige el argentino Marcelo Bielsa. “Los estaremos viendo por la tele. John, Paul, George y Ringo".

Cuando estaba gestándose la icónica tapa del LP “Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band” Lennon quiso incluir por pedido de su padre a un jugador de Liverpool, Albert Stubbins, pero McCartney dijo que solo sería posible si también se sumaba una estrella de Everton, por lo que la iniciativa quedó sin efecto.

El más tímido de los cuatro, George Harrison, fue también el más desinteresado por el futbol, aunque en “Anthology” recuerda su entusiasmo por la final de la Copa Inglesa de 1957 en la que Aston Villa le ganó por 2 a 1 a Manchester United, cuando él tenía 14 años.

Los demos del tema “Glass Onion” incluían un corte de la voz del relator Kenneth Wolstenholme gritando “¡It’s a goal!” en una de las transmisiones de la campaña que llevó a Inglaterra a ganar de local su único Mundial en 1966, pero la idea fue luego descartada por el productor George Martin, el auténtico Quinto Beatle

La rivalidad futbolística ente Lennon y McCartney aparece como una pincelada de la película animada de 1968 “Yellow Submarine”, si se tiene en cuenta que en la escena de la canción “Eleanor Rigby”, aparecen dos equipos de fútbol con las camisetas de los colores de Everton y Liverpool.

En el telefilm “Magical Mistery Tour”, estrenado por la BBC en 1967, pueden verse imágenes aleatorias de los cuatro músicos mientras se divierten con una pelota de fútbol, siempre en el marco de la explosión de pasión por el deporte que le había significado al país la victoria en el Mundial 66.

Es fácil imaginar que quizás algunos de los Cuatro Fabulosos festejó la rara expulsión del capitán del seleccionado argentino, Antonio Ubaldo Rattin, en el partido de cuartos de final de ese Mundial, en que Inglaterra terminó imponiéndose por 1 a 0, apoyada en el para nada imparcial arbitraje del alemán Rudolf Kreitlein.

Escrito por Carlos Polimeni

NA