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Sociedad

La tinta que mancha y no escribe

Ser periodista es una alegría que se nota. Ser periodista es sentir el viento en la cara. Ser periodista es ver el sol por la ventana cada mañana. Ser periodista es disfrutar de cada día. Ser periodista es sentir acá -en la panza- los dolores ajenos. Ser periodista es tener suerte en la vida. Ser periodista es emocionante. Ser periodista es contar lo que pasa. Ser periodista es escribir. Ser periodista es estar detrás de las cosas lindas y de las feas. Ser periodista es ser espectador -privilegiado generalmente- de lo que acontece en el mundo.

Pero hay un día en que los periodistas dejamos de ser espectadores y nos convertimos en protagonistas. Ese día es el día menos pensado. Es el momento equivocado. Ese día nos avisa que algo no anda bien. Los periodistas tenemos lapiceras, un teclado, palabras y algunos -incluso- disfrutamos del olor a tinta. Ayer, en la casa de la Justicia, la tinta manchó las manos de una periodista.

No se respira libertad y se ordena prohibir. Y la orden es que la prensa no puede pasar. Cuando se pregunta quién prohíbe el ingreso a quienes la ley les da permiso para ver, oír y contar, nadie se anima a responder.

Y todo llega al paroxismo cuando los policías cierran los pasillos del edificio público. Al periodista siempre le queda un recurso que es apelar a las autoridades en busca de una rendija que deje ver. Pero los popes del mismísimo Ministerio eligen no responder. Prefieren clavar el visto y mirar para otro lado. El ingrediente que faltaba: el miedo.

¿Qué podrían hacer cinco periodistas, un fotógrafo y tres camarógrafos en un pasillo de Tribunales? La Policía se abroquelaba y amontonaba. No estábamos armados, teníamos preguntas, algunos celulares y unas cuantas cámaras para ver mejor.

Y vimos caer la venda de la Justicia tan deteriorada como el escudo que saluda desde lo alto en el ingreso al moderno edificio, como avisando qué pasa adentro.

 

*La nota fue escrita por el secretario de redacción de La Gaceta de Tucumán, Federico van Mameren, tras acompañar a Irene Benito a los tribunales de Tucumán.

Justicia La Gaceta Libertad de expresión Libertad de prensa

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