Hoy contamos la historia de Lois y Gerry Crozier, un matrimonio canadiense víctima de una bomba terrorista de las FAR, el 16 de octubre de 1972 en Buenos Aires. Ella tenía 36 años, era agente de viajes de Pacific Western Airlines y él era un óptico de Vancouver. Estaban casados desde 1960.

Ese día Lois se encontraba en el escritorio de su habitación del Hotel Sheraton escribiendo una postal a sus familiares. Gerry dormía la siesta. Tanto ella como su marido estaban de turistas en Argentina, pasando unas vacaciones después de que Lois asistiera a un curso de agente de viajes en New York.

Lo que no sabían ambos era que un comando de FAR había puesto bombas en el Sheraton porque allí se alojaba un grupo de jugadores de golf que participaban de un torneo.

Pero tanto para el equipo de jugadores como para el matrimonio, esto era algo ajeno a ellos, y disfrutaban su tranquilidad sin imaginar lo que estaba por acontecer.

Las bombas puestas en el piso 22 acabaron con la vida de Lois, que recibió de lleno el impacto de las esquirlas, mientras que Gerry se salvó por estar recostado. Sólo sufrió una fractura en un brazo. Su habitación era la que estaba enfrente de la 2204, donde estaban colocadas las bombas.

Otra huésped del hotel, Patricia Traka, fue herida de tal gravedad que quedó internada en terapia intensiva.

Los jugadores de golf se salvaron por no encontrarse en sus cuartos en ese momento.

Había otras bombas programadas para explotar tiempo después, cuando ya hubiera policías y médicos asistiendo a las víctimas. El objetivo era matar a la mayor cantidad de gente inocente. Porque sí, porque para los terroristas la vida no vale nada.

Fue un 16 de octubre de 1972 y hasta el día de su muerte Gerry Crozier no pudo relatar el episodio sin ahogarse en lágrimas. Volvió a Vancouver en estado de shock, herido y con esa enorme pérdida encima. Por la injusticia, por lo inexplicable e injustificable de tanta violencia, porque no hay nada que justifique un atentado terrorista.