La invitación para reunirse, con el desconocido visitante, a los candidatos radicales de Juntos por el cambio les llegó a través del jefe de campaña Víctor Quinteros, dos horas antes del acontecimiento, con un mensaje muy explícito: “viene un muñeco del Pro de Buenos Aires, así que las 16 horas nos juntamos en el Hotel Casino”.

Evidentemente que la invitación era de compromiso y para tratar de llevar adelante una convivencia cada vez más difícil entre dirigentes del radicalismo y del PRO que en Catamarca siguen siendo como el agua y el aceite, no se mezclan. El agua, en este caso los radicales, con moléculas recargadas, y el aceite, que no presenta esas cargas y que es el caso del PRO y también de la CC, que tienen un comportamiento similar, ya que su performance en la provincia es muy pobre, casi inexistente, del mismo modo que la Coalición Cívica. 

Estuvieron presentes los candidatos Flavio Fama (UCR), Silvina Acevedo (UCR), Francisco Monti (UCR), Cesarini (PRO) y Manzi (CC) solamente, una muy escueta presencia de candidatos y lo que es peor, es que el visitante porteño vino a dar catedra de como llevar adelante una campaña. Algo así como intentar juntar el agua con el aceite, con todo lo que ello implica. No hay química.

Esta actitud prepotente, molestó a la mayoría de los presentes, solamente había sonrisas de compromiso de Enrique Cesarini, presidente de facto del PRO, para morigerar el mal momento, o para decirlo con propiedad, el mal trago. Estas giras de "muñecos desconocidos" son imposiciones programadas  por el Jefe de Gobierno porteño, al que muchos radicales no reconocen como posible candidato para el 2023, de ahí la agria recepción.

En definitiva, nadie sabe para que se hizo la reunión, en donde no se sacó nada en limpio, molestó a la mayoría de los presentes, que están convencidos que el porteño vino a sacarse la foto de ocasión para rendirle cuentas de su trabajo a su jefe Horacio Rodríguez Larreta y no mucho más que eso.

Hay que avisarle que las épocas de los globos amarillos ya es historia y en Catamarca están todos pinchados, los globos y los candidatos, que deben remontar nada más y nada menos que 20 puntos de diferencia con el oficialismo y que con la química descripta será todo muy difícil.