Catamarca debe salir de la trampa. Prácticamente nuestra provincia no genera recursos genuinos y cuando los genera son desperdiciados, como en el caso de la minería, ya que como es público y notorio debemos ser una de las regiones más ricas del planeta en la posesión de minerales, si se tiene en cuenta que la revolución mundial del litio acompañada por la decisión de la Unión Europea de ponerle un freno definitivo a la utilización de combustibles fósiles, hace que las grandes industrias automotrices y tecnológicas hayan posado sus ojos en el "oro blanco" y en la ubicación de los grandes yacimientos del planeta, siendo la Provincia de Catamarca uno de ellos, aunque no se note y a pesar que la extracción del litio ya lleva casi tres décadas. No obstante, son tan inútiles u otra cosa, aunque no tenemos pruebas y si presunciones sobre el errático accionar de los sucesivos gobernantes, que nos conformamos con migajas (regalías), aunque a ellos se los nota siempre optimistas. Vaya uno a saber por qué.

Todo el sector privado con excepción del turismo y la actividad agrícola depende en menor o mayor medida del estado provincial. El comercio trabaja bien cuando los agentes de la administración publica cobran el sueldo; la salud depende en un 90 % de la obra social del estado; en la construcción es casi nula la inversión privada.

Las personas que invierten en inmuebles, principalmente son aquellas que utilizan los excedentes que provienen de negocios con el estado, es decir vuelven y siguen en ese circulo vicioso que beneficia a unos pocos. Algo similar ocurre y en mayor medida, quienes adquieren los inmuebles, son los mismos funcionarios del gobierno. Por último, si esas propiedades son para alquilar, el principal inquilino es el gobierno provincial o municipal. De ese modo, la torta grande se la comen pocos y los mismos de siempre. Y si no observen las listas de los candidatos a las elecciones de medio término.

Otro nicho que da asco y vergüenza ajena es el de la prensa, es especial con un gobierno que mantiene una estructura fascista en el manejo de la información, como es poseer un ministerio de la comunicación. Mantener semejante estructura burocrática al servicio del gobierno de turno o de cualquier gobierno, nos parece un despilfarro sin precedentes. Ninguno de los objetivos descritos en la pagina web del gobierno justifica su existencia. Bastaría tres personas para cumplir el cometido de informar escueta y objetivamente los actos de gobierno. Basta leer la forma obsecuente con la que se distribuyen los partes de prensa, para llegar a la conclusión que ese ministerio es pura propaganda política. En tanto que la pauta publicitaria oficial se reparte entre los amigos "buenos" que ofician de apéndice de un gobierno que no escatima recursos ni le hace asco a nada, especialmente en tiempos electorales, a las hora de llevar agua para el molino del Frente de Todos. Esta claro que gobiernan para pocos.

Otro vicio sucio es la usura organizada de los negocios financieros, que en la provincia también viven del estado provincial, sobre todo las tarjetas que prestan dinero a tasas exorbitantes aprovechándose de los magros sueldos que tiene la gente. Digamos las cosas como son. Los sueldos estatales en realidad configura una categoría de sub empleo, de eso se trata de un Estado prebendario, que tiene miles de empleados con muy bajos salarios. Entonces se entra en un circulo vicioso del que es difícil salir, pues la gente que atrapada en deudas financiera de las que es difícil salir. Por esa razón no es de extrañar que también exista connivencia entre estas empresas y funcionarios de gobierno, para no pagar y forzar a sacar un préstamo usurario.

Los catamarqueños tienen una costumbre que se traduce en tema de conversación casi permanente en las reuniones sociales, que se refieren al supuesto potencial que tiene la provincia y que nunca fue debidamente explotado, pero ni los gobernantes ni los ciudadanos hacemos nada para salir de esta situación. Entonces se llega a la conclusión que el problema no es Catamarca y su potencial, sino los catamarqueños y su mala educación o si prefieren, su mala formación profesional, que aparte es comparable por la baja calidad, con algunas de las provincias vecinas. Solo basta poner el ejemplo de Salta y sus políticas activas de turismo y compararlas con Catamarca. El potencial turístico de Catamarca es superior al de Salta o igual, sin embargo el PBI de turismo de Salta es diez veces superior al de Catamarca.

Es hora de que terminemos con la falsa dicotomía de lo público o lo privado, es con todos juntos que vamos a salir de esta situación que ya no da para más. En los países exitosos, el estado genera condiciones propicias para que la inversión privada se desarrolle y pueda tener éxito. En nuestra provincia debe haber un plan claro para desarrollar el turismo, la actividad agrícola y productiva, etc, pero para ello se deben hacer programas de incentivo a la inversión, una fuerte transformación de la infraestructura, para que de esta manera podamos comenzar a producir, autoabastecernos de productos primarios y competir cuando sea oportuno. Mientras sigamos comiendo frutas y verduras de Tucumán seguiremos igual de estancados. Es necesario dejar la ideología de lado y trabajar todos juntos hasta que encontrar una identidad y una matriz productiva.

También, y para que todo eso funcione, debemos tener instituciones solidas y confiables y una justicia independiente, y en este último punto vemos que hay un retroceso continuo que se ha iniciado hace un tiempo y que todo parece indicar que va a empeorar. Para eso, reiteramos, es necesario sacar los temas ideológicos del poder Judicial y dejar de abonar la Justicia como si fuera solo el reducto de los enjuagues de los otros poderes. Lo ideal para crecer es tener una sistema judicial independiente que no responda a nadie en particular, sino el apego a las normas y al cumplimiento irrestricto de las leyes, especialmente a ley superior, como es la Constitución Provincial.

Resulta inentendible que un gobernador que viene de la actividad privada, que es empresario antes que político, no le interese la independencia de poderes, único camino para lograr la prosperidad, al menos que esté interesado en un empresariado prebendario con negocios sucios con el poder de turno, o que este ejerciendo la magistratura para provecho propio y no como un servicio social, que es lo que corresponde. Nada es eterno, por lo que no hay nada mejor para una sociedad organizada que tener instituciones fuertes y transparentes.

Del modo actual, la prosperidad, el estado de bienestar, serán siempre una quimera, como la quimera del oro y del litio. Y seguiremos siendo una provincia llena de ilusiones, pero siempre pobre, como Charlot el Vagabundo, en la Quimera del oro (1925), que nunca encuentra la mina aunque sabe que está por allí y no pierde la ilusión. Para que los gobernantes tomen debida nota les dejamos la definición de quimera: Sueño o ilusión que es producto de la imaginación y que se anhela o se persigue pese a ser muy improbable que se realice.