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Cultura

Se conmemora el Bicentenario de la muerte de Martín Miguel de Güemes

Güemes nació en Febrero de 1785 en la ciudad de Salta, hijo de don Gabriel de Güemes Montero y doña María Magdalena Goyechea y la Corte.

Comenzó su carrera militar con apenas 14 años, como cadete en las filas del 3º Batallón del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires y que terminó como gobernador de Salta y General en Jefe del Ejército de Observación, designado en este cargo por el general don José de San Martín. A lo largo de su vida se destacó en la Guerra de la Independencia y en las guerras civiles.

En 1805 fue enviado con su regimiento a Buenos Aires por expreso pedido del Virrey del Río de la Plata, Rafael de Sobremonte, quien temía un ataque inglés. Un año después participó de la Reconquista de Bu[{adj:39783 alignleft}]enos Aires.

Cumplió funciones y roles estratégicos en batallas y lugares cruciales como la Quebrada de Humahuaca, donde evitó la comunicación entre los realistas del Alto Perú y Córdoba; la batalla de Suipacha, la guerra de guerrillas o guerra guacha, como también se la conoce y en la defensa de la capital del Virreinato.

Es protagonista de una curiosa hazaña ya que en aquel entonces al ver que un barco inglés había encallado por una bajante repentina del río, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Esa es recordada como una de las pocas veces en la historia que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.

Con coraje y espíritu libertario, conquisto al guachaje y creo a “Los Infernales”, una tropa de soldados imbatibles que defendieron la frontera norte cuando el ejército del general San Martin fue a liberar Chile y Perú.

En 1808 padeció una grave enfermedad en su garganta que le produjo dificultad para hablar. Pese a que nunca se conoció con certeza, cursó síntomas similares a la hemofilia, enfermedad que hasta ese momento no era conocida, y que dificulta mucho la cicatrización de las heridas externas e internas.

EL 17 de Junio de 1821, muere en la Cañada de la Horqueta, rodeado

de sus gauchos. Antes de expirar ordena al Coronel Jorge Enrique Vidt que lo reemplace y prosiga la lucha contra los españoles hasta el triunfo definitivo; se puso de inmediato sitio a Salta, para que días después el enemigo se retirara para no volver.

Un testimonio importante sobre el General lo da uno de sus más fieles soldados, como fuera don Zacarías Antonio Yanzi, que luego de servir hasta  último momento se traslada a vivir en San Juan, donde fijó su residencia y fundara su familia. San Juan fue asimismo su última morada.

Don Zacarías Yanzi había nacido en Salta en el año 1801, siendo sus padres D. José Antonio Yanci y Da Mauricia Gerónima Orozco, oriundos de San Sebastián, quienes habían arriba a Salta en el año 1790. Contaba apenas con 14 años de edad, cuando sintió el llamado de la patria, para enrolarse en el ejército de debía defender la independencia en el Norte. Sirvió primero a las órdenes del General Belgrano, y cuando éste resignara su cargo de Comandante en Jefe, pasó a desempeñarse al servicio del General Güemes, es decir en el mismo vórtice del teatro de operaciones militares. Con Belgrano pasó de ser soldado distinguido a Subteniente y con el segundo pasó de inmediato a recibir los despachos de Teniente graduado del 4º Escuadrón de sus milicias. Don Zacarías Yanzi como dijimos anteriormente, acompañó hasta su muerte a su Jefe, acaecida por otra parte en sus propios brazos, habiéndolo rescatado herido al recibir el tiro por la espalda.

Dice el historiador sanjuanino D. César Guerrero: “Yanzi y un soldado apoyaron cuidadosamente el cuerpo del jefe salteño en el suelo, y el teniente trata de enjugar con pañuelos la sangre de la herida. Estaban rodeados por las huestes invasoras, por lo que no podían salir a buscar auxilios médicos. Por eso Yanzi que había tomado el mando de los valientes que lo acompañaban y mandara en busca de un médico, ordena: “No hay que dejar la selva”; pues era el único resguardo que le quedaba en tan difíciles circunstancias”.

Güemes era un ídolo en desgracia: las pocas palabras que brotaban de sus labios exangües, carecían del sonido vibrante de otros momentos; era como si no sonaran fuera de él, sino desde adentro, desde sus cavernas interiores, de entre los tumultos de la sangre que se le escapaba irremediablemente. Había cumplido 36 años, pero el cuerpo podía dar cabida a muchos más y, recostado bajo el frondoso guayacán, recordaba casi con ansias contenidas, las banales enfermedades del pasado. ¡Cuánto hubiera dado para que ése recuerdo de antiguas visitas, pudiera ser cambiado por esta muerte que no podía vencer! Había transitado por ella tantas veces, que la trataba casi como si fuera una antigua conocida, a la que podía abandonar, como si fuera una amante impresentable. Alternaba las disposiciones para después de su partida, mientras, empecinadamente volvían los recuerdos de sus más íntimos amores, Carmencita y sus hijos Martín y Luís, que se introducían con puntualidad entre los resquicios de sus mandas. Entraba en una extraña somnolencia, donde confluían los horizontes violetas de sus campos, la ondulación multicolor de las vacas y los caballos galopando el cielo de los potreros o quizá, la indiferencia de las tardes siempre iguales en la selva del Chamical. Los lazos que había entretejido con sus hombres de campo, eran tan felices, tan robustos y tan espontáneos, que le seguirían impertérritos a través de los siglos.

 

Cronología de sus restos

El 18 de junio, los restos de Martín Güemes son sepultados en la capilla de El Chamical. Pero, el 14 de Noviembre del año siguiente el entonces Gobernador José Ignacio Gorriti, traslada los restos a la Catedral de Salta, ubicada en la antigua Iglesia de los Jesuitas "Este es el lugar de mayor honor y distinción que le correspondía por sus inestimables servicios a la Independencia Americana".

Años después, el 14 de abril de 1877 La Iglesia de los Jesuitas o Catedral Vieja, está por caerse, con tal motivo y hasta poderse trasladar a la Catedral Nueva (la actual), los familiares exhumaron los restos del General Güemes y los trasladaron al panteón familiar del Cementerio de la Santa Cruz.

Finalmente el 20 de Noviembre de 1918 los restos de Güemes son trasladados nuevamente y llevados al panteón de las Glorias del Norte, en la Catedral de Salta.

Dato: Martín Miguel de Güemes es Patrono de la Gendarmería Nacional Argentina desde el año 1959, quienes acceden al máximo grado de escalafón de la fuerza portan como símbolo de mando una replica de su sable.

“yo no pretendo ni gloria ni homenajes, yo solo trabajo por la libertad de mi Patria”.

Martin Miguel de Güemes.

 

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