Atrás han quedado los tiempos donde los pobladores vivían en un estado con muchos proyectos e inversiones  económicas que hacían de ésta porción del Valle Calchaquí asegurarse un futuro inmediato próspero, colmado de expectativas, y sí, la pandemia viajó a la velocidad de la luz sorprendiendo a todos, lo que se extendía en el otro lado del mundo, sorpresivamente ya se había instalado.

El tiempo fue pasando y para alegría de los pobladores y autoridades no se reportaban casos de contagios, para muchos un milagro, pero no solo se puede depender de un milagro y hacer una vida con un cambio brusco en lo cotidiano. El asombro y preocupación de los vallistos fue creciendo por las escenas que mostraban los medios de comunicaciones de lo que ocurría con la pandemia en países más cercanos, los números de infectados y fallecidos por haber contraído el coronavirus aumentaban de manera sostenida, los cuerpos inertes de seres humanos en la vía pública y ya el corazón comenzó a palpitar con mayor intensidad.

Y finalmente el virus llegó justo al departamento Belén, las charlas de café hablaban del tema hasta que se instaló definitivamente en Santa María, la realidad superaba la ficción, había que prepararse para quizás enfrentar un enemigo desconocido, sin saber en realidad contra quien se iba a combatir, ya con el temor instalado en una tarde apacible, hace ya más de un año, como por arte de magia todo cambió, el ulular de las sirenas alteró a propios y extraños, ¿Qué había sucedido? La información ganó la calle en unos pocos minutos, un contingente de santamarianos que procedían de vacacionar en Brasil fue interceptado en Belén y escoltados hasta Santa María, allí comenzó la nueva historia de pesadilla, fueron aislados preventivamente por un supuesto contagio en el país carioca.

Hoy la realidad ha cambiado totalmente, con contagios diarios, fallecimientos de personas muy queridas que en casos puntuales solo se dedicaban a trabajar la tierra o actividades domésticas, lo que produjo un cambio de actitud en acatar las disposiciones, en lo sanitario, se realizan esfuerzos en tiempo récord para poder contener mínimamente la demanda de camas, oxígeno e insumos, grande es la preocupación de todos por las falencias o carencias del nosocomio Zonal, con una conducción sin experiencia y dubitativa al momento de tomar decisiones, con personal un tanto rebelde por los bajos salarios que perciben, y una profesional de la salud con exceso de temperamento que incomoda, así pasan los días con la mirada firme en el reloj esperando el informe diario, para mayor o menor preocupación, éste fin de semana pasado fue un calvario con los fallecidos, tres en menos de 24 horas, una de las víctimas una mujer próxima a cumplir 60 años fue encontrada sin vida prácticamente en la vía pública, presumiblemente por Covid, lo que rápidamente se confirmó.

El mini hospital de San José, prácticamente una salita quedada en el tiempo sin recursos humanos, infraestructura y recursos humanos necesarios para brindar soluciones, muchos años de abandono dejan una impronta expuesta a la sociedad.

Los edificios escolares es otro tema, por falta de gestión o negligencia se encuentran en una proporción considerable con una estructura obsoleta, o alguien le preocupa más la acumulación de cargos o no sabe dirigir los destinos de las instituciones más importantes o centrales de la sociedad, la falta de empatía, esta más vigente que nunca.

Así pasa la vida con el malestar de los hoteleros,  gastronómicos y prestadores de servicios al turismo y al común de la gente, son tiempos muy duros para esperar turistas con controles estrictos sanitarios y de identificación de personas que endurecen a los potenciales visitantes que en definitiva optan por otros destinos sin tantas restricciones.

En síntesis todo pende de un hilo que con un suspiro se podría cortar, la inestabilidad económica a corto o mediano plazo impactará sin piedad, es lo que se espera y en lo sanitario la única esperanza es ser inoculado con la vacuna que fuere sin importar el origen y sometiéndose solo a la esperanza de no ser afectado por el virus.