Pero debemos aclarar el titulo de la nota porque se puede prestar a confusión. Resulta que la nota dirigida al Intendente de Belén que ingresó por mesa de Entradas de la Municipalidad, está firmada por Gilberto Santillán, pero no como intendente sino como representante legal de una sociedad de responsabilidad limitada, es decir de una entidad comercial. En la presentación no aclara en que carácter la firma, pero se supone que que una misiva de ese tipo la hace quien tiene facultades suficientes, que en este caso sería el gerente o el apoderado.

El insólito y sorprendente reclamo desnuda varias situaciones dignas de ser estudiadas por la sociología moderna por múltiples razones. En primer lugar, el molesto empresario de la salud, propietario de SANATORIO PRIVADO CALCHAQUÍ S.R.L. debería saber que el Gobernador Raúl Jalil, del oficialista Frente de Todos, dictó un decreto en sintonía con el Gobierno Nacional para pasar a una especie de fase roja a todo el país, incluida toda la provincia de  Catamarca, es decir aislamiento total y cese de actividades presenciales de todo tipo.

Belén no es la excepción y el intendente belicho, que está más complicado desde el punto de vista sanitario que otros municipios hizo lo que tenia que hacer. Paralizó todo, puso horarios, ordenó restricciones. Todos los hicieron y todos perdimos, aunque el empresario de la salud olvidó que también es funcionario y habrá ordenado en su comuna similares restricciones que todos.

El otro dato saliente de la nota, que entró el 19 de mayo del corriente año, es el tono de intimación  reclamando una suma resarcitoria y arbitraria de $ 500.000.- por el tiempo que el sanatorio estuvo cerrado a raíz de la restricción. En derecho decirle al supuesto deudor "sino me pagas la cifra indicada pasara esto otro", algo que a simple vista da la sensación de no corresponder. Santillán es intendente de Londres y dueño de la clínica “Calchaquí” y resalta en su solicitud con una advertencia fuera de lugar: “debemos afrontar el pago de impuestos nacionales, provinciales, municipales y en especial el pago del personal y los servicios básicos (luz teléfono, proveedores)”.

Santillán debería entender, como buen peronista que es, que los sueldos los debe pagar el empresario capitalista, porque es propietario de una sociedad comercial, que da ganancias pero que también da perdidas y todos los empresarios cobran dividendo pero también se hacen cargo de cubrir y asumir las perdidas. Allí le da a entender a Ríos que si no desembolsa el medio millón de pesos no podrá pagar los sueldos de los empleados de su clínica y hasta podría haber despidos.

el Pucará consulto a una vecina del Departamento que pidió reserva de identidad y esto nos manifestó

"Absolutamente ridículo, que una institución privada, que ha vivido lucrando con el dinero público y pagando servicios de personas, sin ninguna dependencia, ni derecho, por ejemplo todos aquellos que se han beneficiado, tanto en operaciones, como partos, cesáreas, que han sido pagados con fondos de la Municipalidad de Londres. ¿No resulta una manifestación de corrupción, la que el Intendente de Londres pague servicios de el sanatorio que le pertenece? Despertémonos, ¿si esto no es la quinta esencia de la corrupción, donde se encuentra ella?"

Gilberto Santillán conoce bien los dos lados del mostrador, hace años que como intendente contrata con su propio sanatorio, es decir que lo que le factura al Municipio de Londres, sabe que lo cobra seguro, es más sabe el día y la hora que cobrará. Es publico y privado, pero de acuerdo a su nota no le gusta ser privado y solo quiere que sea el Estado el perdedor. Claro él vive del Estado hace décadas, como funcionario y como prestador privado...

¿es esa nota una prueba contundente de los negocios incompatibles con la función pública que desarrolla Gilberto Santillán?