Por Marcella Cebalho T. Curti*

Este año he tenido otro hijo. Uno ya crecido y que hoy,  cumple 14 años. Estamos  conociéndonos y me parece un tipo muy guapo, inteligente y perspicaz, argumentativo y conversador, que se indigna por algunas cuestiones y que tiene múltiplos intereses.

Mi primer hijo, el que se fue al termino de su infancia abriéndole paso a este nuevo hijo que llegó, me enseño su amor profundo e incondicional. Me enseñó la gracia de una sonrisa en si misma. Una sonrisa al natural. Y me hizo poderosa y feroz.

Ahora, este nuevo hijo me esta enseñando muchas cosas, como el difícil desprendimiento  que me lleva a aprender cómo amar a un hijo como un individuo y no como parte de mí. Cada día  me muestra su independencia, a no depender más de mi y si por sí mismo. Me muestra que tiene su proprio carácter y opinión, lo que muchas veces me asombra, pero a la vez me interesa saber lo que piensa en relación a la vida y al mundo que lo rodea.

En nuestra nueva dinámica, me propuse guiarlo parte de su camino y no más cercarlo. Me propuse darle la mano para levantarse porque no podré más detener sus caídas siempre.

Leo, mi hijo tan amado, en este día te deseo todo lo más maravilloso, vigoroso, pleno, positivo y divertido. Te deseo una linda jornada, siempre. Que camines siempre por el camino de la corrección, de la honestidad y de la bondad. Que tus hermosos ojos vean las bellezas con encanto, y los males con empatía y coraje.

Estoy contigo siempre. Como tu papá también.

Feliz cumple!!

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Marcella Cebalho es brasileña, abogada,  vive en São Paulo, Brasil. Es la mamá de Leo, de 14 años