Ante los nuevos movimientos del poder ejecutivo provincial y otros organismos, queremos hacer la siguiente aclaración: No dialogaremos con Raúl Jalil. NO ES NO.

No llegaremos a un acuerdo en relación a la entrega de nuestro territorio para el extractivismo. No existe megaminería sustentable. El agua y la vida no se negocian.

Ya que pudo el señor gobernador compartir con las comunidades originarias, participar de una ceremonia de raíces ancestrales, esperamos que haya podido realmente interpretar en todos los niveles de sentido que una ceremonia así puede ofrecer, cuál es la real voluntad del pueblo.

Pero si aún le quedan dudas, ponemos a su disposición los comunicados que hicieron públicos las mismas comunidades luego de esa reunión. Para que no queden dudas al respecto.

En Andalgalá, el tiempo del diálogo ha concluido hace rato. No se dialoga con compañerxs presxs o judicializadxs, NO SE DIALOGA CON LAS MÁQUINAS EN EL CERRO.

No se dialoga después de once años de vulneración a nuestro derecho a la autodeterminación.

No se dialoga con un Gobierno que está violando de manera flagrante y sistemática las leyes que está obligado a respetar. Baste como ejemplo la Ley Nacional de Glaciares, que protege la zona donde se encuentra ubicado el yacimiento Agua Rica, según constató el propio Ministerio de Minería de la provincia durante una inspección, el mismo Ministerio que autorizó las actividades que hoy se están realizando de manera ILEGAL en nuestro cerro.

No se dialoga con un Gobierno que privilegia los intereses económicos y corporativos de una empresa transnacional por sobre los bienes comunes de los pueblos que debería representar y proteger.

Nos subestiman cuando creen que podrán mandar operadores a buscar una mediación que Eco Conciencia o Andalgalá Activa no pudieron conseguir en años de operación en territorio.

A todxs lxs que vienen con el discurso del diálogo les decimos: no somos rehenes políticos. No pueden jugar con nuestras voluntades, no pueden coptar “referentes”, no pueden infiltrarse para quebrarnos.

Quisieron preparar el terreno para mostrarnos como personas violentas, y lo único que lograron fue mostrar realmente cuál es el grado de violencia que son capaces de aplicarnos a quienes defendemos el agua, tanto acá como en cada punto del país que resiste a los atropellos de este modelo de muerte. Modelo que por la fuerza se quiere imponer en una embestida que conjuga la violencia, la traición y la corrupción descarada, contra pueblos despiertos y en resistencia como Chubut y Mendoza.

Mostraron la verdadera cara del lobby minero, y tuvieron que aceptar que no pueden conseguir la licencia social. Ahora bien, cuando no pudieron manejarlo mediáticamente, empezaron los mensajes en las redes sociales, en nuestros teléfonos particulares, el amigo del amigo de tal funcionario que quiere mediar para que puedan hablar con Jalil.

No hay nada que hablar con un gobernador que, mientras había doce personas detenidas por protestar en contra de la megaminería, asegura públicamente que el desarrollo de la provincia se dará a través de esa actividad.

Esto es un claro ejemplo de la estrategia de empobrecimiento previo que sufren las comunidades a las que se le quiere imponer el extractivismo como salida, una suerte de embudo de mentiras que sirven para profundizar el modelo neoliberal e improductivo, que sólo dejará para algunos un poco de dinero extra en sus cuentas bancarias.

¿No ha compartido acaso nuestro gobernador la cosmovisión indígena y las prácticas del buen vivir cuando visitó a las comunidades? ¿Cómo se atreve entonces a seguir desoyéndonos cuando estamos cuidando las cuencas de nuestro río, la integridad de nuestra Madre Tierra?

No tenemos nada que hablar con un gobernador cuyo hermano preside YMAD y así sigue la lista...Nada que hablar con un gobierno que garantiza la violencia.

Transan, venden y es solo una figurita el que esté detentando el poder, porque aquí quién realmente manda es la empresa. Y todxs, incluidos lxs altxs funcionarixs, están siendo títeres disfrazadxs de mediadores.

No puede haber diálogo por el simple hecho de que no hay igualdad en las condiciones de existencia: un pueblo no puede negociar con una corporación estado-empresaria extractivista que atropella nuestros derechos en forma constante. Y nadie está habilitadx para vender los bienes comunes de muchísimas comunidades.

Nuestra postura es indeclinable: EL AGUA Y LA VIDA NO SE NEGOCIAN.

BAJEN INMEDIATAMENTE LAS MÁQUINAS DE NUESTRO CERRO.

CLAUSUREN EL YACIMIENTO AGUA RICA

LA MEGAMINERIA ES DESTRUCCION Y MUERTE DE NUESTROS TERRITORIOS