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Cultura

Las tres de la tarde

Han pasado varios años desde aquella vez que escribí un editorial de un diario de mi provincia, Catamarca, que trataba de la rara y asombrosa coincidencia en el horario de fallecimiento de TRES (también ese número) de enormes ejemplos de la humanidad. Cada uno de ellos con su particular personalidad, con sus tiempos y circunstancias, pero que, misteriosamente, se unen para demostrarnos con diferentes actitudes y acciones EN VIDA, valores supremos que hoy muchos hemos relegado u olvidado según sean nuestros intereses. Puede que los casos no sean solamente estos, pero son los que yo tengo en mi conocimiento y memoria. Veamos quienes fueron y, seguramente muchos compartirán conmigo que la COINCIDENCIA ES ASOMBROSA.

JESÚS EL NAZARENO, ejemplo incomparable de virtudes aún para aquellos que no son cristianos yacía en la Cruz del monte GÓLGOTA y expiraba según las Escrituras sagradas a LAS TRES DE LA TARDE Jesús exclamó: “«Elí, Elí, lemá sabactani», que, según el Evangelio de Mateo y el Evangelio de Marcos, en arameo significa: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’. Las palabras finales de Jesús difieren en los otros dos evangelios. También hay diferencia entre los evangelios en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su crucifixión: en Mateo y Marcos, son varias de las mujeres seguidoras de Jesús; en el Evangelio de Juan se menciona también a la madre de Jesús y al «discípulo a quien amaba» (según la tradición cristiana, se trataría del apóstol Juan, aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre)”. “Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras.
En la cruz, sobre su cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos», que a menudo en pinturas se abrevia INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, literalmente ‘Jesús de Nazaret, rey de los judíos’). Fue crucificado entre dos ladrones.” Luego de que Poncio Pilatos, se lavara las manos tal cual muchos de nosotros hacemos, cuando en realidad debemos actuar con sapiencia, valentía y honorabilidad, pudo salvarlo de la injusticia pero …SE LAVÓ LAS MANOS.
Casi dos mil años pasaron cuando otro ser humano, libertador de Argentina, Chile y Perú, daba también su último suspiro en una localidad de Francia llamada Boulogne Sur Mer, no sin antes haber sufrido desaires, ofensas y conductas viles de quienes debieron ser custodios de la monumental gesta libertaria de aquel que llamamos Santo de la Espada y Padre de nuestra Patria. No pocos se LAVARON LAS MANOS y no dudaron en enjuiciar y crucificar, alegóricamente, a uno de los mayores próceres de nuestra Independencia: JOSÉ DE SAN MARTÍN también dejaba este mundo egoísta, A LAS TRES DE LA TARDE: Mientras escribo estas letras recuerdo cómo en tiempos de juventud y niñez se asistía con profundo respeto al símbolo de su eterna presencia en cada plaza central de ciudades y pueblos para rendirle homenaje. Miro por la ventana de mi casa-cuando llega el 17 de agosto- que, casualmente da al monumento ecuestre del Santo de la Espada y conmueve la ausencia de custodia de honor que hacían en éste día, granaderos, soldados, policía o cualquier representante de las fuerzas armadas o de servicio, vestidos de gala, en las cuatro esquinas del monumento central. Casi invariablemente, corre viento como todos los 17 de agosto de cada año en mi provincia de Catamarca, tal vez, ese viento que le quemara el rostro y agravara sus males mientras cruzaba la Cordillera de los Andes, mientras su poncho seguramente tomaba vuelo, tal cual su alma lo haría a las TRES DE LA TARDE de aquel 17 de agosto de 1850.
Posteriormente, el 10 de enero de 1883 el Santo Franciscano FRAY MAMERTO ESQUIÚ, conocido por su sermón patriótico, por su respeto a la libertad y obediencia a las leyes, fallecía en un páramo conocido como El Suncho, en el este de Catamarca, luego de recorrer su diócesis como obispo de Córdoba y en viaje pastoral. Se sintió mal y hay quienes sostienen, que también la vileza del hombre, algo tuvo que ver con su desaparición física que ocurrió, vaya casualidad inexplicable a LAS TRES DE LA TARDE.
(*)

(*) El Dr. Jorge Chayep, se refirió en un meticuloso estudio a la autopsia realizada al cuerpo del obispo, llegando a la conclusión definitiva que no fue objeto de envenenamiento alguno. – nota titulada ¿Qué causó la muerte de Fray M. Esquiú? Publicada el 07 de noviembre de 2020, en este mismo espacio.

Fotos: Alberto Lindor Ocampo.
Aporte técnico Yanina Santillán.
NOTA: Curiosamente esta reedición fue originalmente publicada cuando recién se anunciaba la pandemia planetaria del Covid-19.

¡Muchas gracias, muy Felices Pascuas de Resurrección!

Catamarca Fray Mamerto Esquiú General José de San Martín Jesús de Nazaret Las tres de la tarde

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