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Opinión

En la pandemia, jóvenes irresponsables provocaron muertes evitables

Duele escribirlo pero es la verdad. Muchos jóvenes, no todos, han minimizado los efectos de la pandemia, han descreído de la letalidad de un virus de baja mortalidad y alta efectividad a la hora del contagio y particularmente de la penetración en los sectores más vulnerables.

Es frecuente escuchar entre ellos, que el Covid es una simple gripe, que la mayoría de los infectados la supera bien. Y bajo esa premisa falsa, es que dan rienda suelta a su irresponsabilidad y a la ausencia de empatía con la sociedad organizada, en especial con los sectores más vulnerables, que son en definitiva los más indefensos de ésta tragedia humana. Es frecuente escuchar que miles de jóvenes han curado la enfermedad sin tan siquiera tener que hisoparse o hacerse un estudio de PCR, nada, porque ya nadie duda que el Covid ataca físicos débiles, personas con defensas bajas, por la edad o por enfermedades preexistentes. Con ese panorama, muchos jóvenes se han sentido ajenos a la emergencia sanitaria.

Esos jóvenes, irrespetuosos, egoístas, sabelotodos, maleducados, ignorantes y en muchos casos, soberbios, han provocado muerte evitables. ¿Por qué actúan así? En primer lugar porque vivimos en una sociedad sumamente individualista, donde no es frecuente atender las necesidades del otro, a quien ignoran olimpicamente. Este grupo etario, cansados del encierro, ¿Quién no está casando?, sin entender muy bien cuál era el objetivo, han salido de la cuarentena, decididos a todo, principalmente a pasarla bien, a recuperar el tiempo perdido, sin importar sí sus acciones pudieran perjudicar a otros, incluidas sus propias familias.

Los casos de estos jóvenes ya se cuentan por miles. El más recordado o uno de los primeros fue el del joven que regresó de Miami, sabiendo que podía ser portador, ya que procedía de una zona de alto contagio, no tuvo mejor idea que concurrir a un cumpleaños de 15. Murió su abuelo y otros miembros de la familia la pasaron muy mal y el total de infectado trepó a 26 personas y además todas las personas que se contagiaron desde ese grupo en una cadena de contagios que al principio se hizo interminable. El joven, está preso, con prisión domiciliaria y procesado.

En todas las ciudades a lo largo y a lo ancho del país, los jóvenes egoístas, los que anteponen una fiesta, un asado un cumpleaños, al riesgo cierto y concreto de contagiar a los padres, a las tías o a los abuelos, han sido protagonistas de trágicas historias, incluso de jóvenes que contagiaron a sus padres, que murieron.

La última crónica periodista da cuenta de seis jóvenes, positivos de coronavirus, que fraguaron sus testeos sabiéndose infectados, igual se subieron al micro para hacer su viaje de egresados a Bariloche bajo la modalidad de "Burbuja" que obviamente no funcionó por la irresponsabilidad y falta de empatía de esto seis jóvenes. Se merecen todo el rigor de la ley y las padres también, porque la responsabilidad primaria le corresponde a ellos. El Covid ha desnudando las miserias humanas, una de ella, la actitud displicente de miles de jóvenes que siguen provocando muertes claramente evitables en muchos casos.

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