Con los fallecimientos registrados hoy, suman 26.716 los fallecimientos desde marzo pasado, mientras los positivos llegaron hasta 1.002.662, de los cuales 803.965 son pacientes recuperados y 159.695 activos. De éste modo, todas las predicciones triunfalistas de Ginés González García y del propio presidente de la Nación, Alberto Fernández cayeron en saco roto. No hay sistema de salud y la economía ha sido destrozada.

La cartera sanitaria agregó que son 4.392 los internados en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos de 64% en el país y del 63,2% en la Área Metropolitana Buenos Aires. No obstante la situación a nivel Federal es catastrófica ya que en algunos distritos como Rosario y Córdoba las UTI están al borde del colapso y saturación. Cada provincia se arregla como puede.

También se informó que en las últimas 24 horas se realizaron 28.395 testeos y desde el inicio del brote 2.626.406 pruebas diagnósticas, lo que equivale a 57.880 muestras por millón de habitantes. El testeo en la Argentina es uno de los más bajos del mundo y de ahí surge sin lugar a dudas la terrible elevación de los índices de contagio.

En particular, este lunes se incorporaron a la base de datos todos los testeos realizados y notificados al sistema nacional de vigilancia reportados por otros actores del sistema como distintos laboratorios bioquímicos, que hayan arrojado resultados negativos. Tarde, cualquier intento de corrección de los peores índices de la región, llegan tarde.

Es necesario recordar al presidente sus recomendaciones falaces, cuando afirmaba con una soberbia descomunal que él no pondría en juego la Salud de la población porque la salud esta por encima de la economía y que ésta última se recuperaría en el peor de los casos, en cambio la salud no. Ese era el discurso de la ignorancia. Argentina hoy es un caos sanitario, no tiene moneda, no hay producción, el gobierno destruyó la economía y no puede controlar la pandemia, evidenciando una total falta de aptitud para gobernar.