La historia de ellos es singular porque son muy jóvenes y han tomado una decisión de vida... antes de la pandemia mundial, que fue radicarse en Catamarca para hacer otra vida. Y su lugar en el mundo es Famatanca en las inmediaciones de San José (Villa) en el Departamento de Santa María.

La decisión llegó después de recorrer gran parte de Sudamérica y residir un tiempo en Brasil. Y Famatanca fue el lugar elegido. Allí conocieron a una persona, una buena amiga, quien les cedió un espacio y a partir de allí comenzaron a cultivar la huerta orgánica y a vender sus productos en San José y en Santa María. Al mismo tiempo que cultivan amistades en el ambiente de la cultura musical del Departamento de Santa María, donde participaron de un Festival de Música, con su banda "Interludio" a total beneficio del Hospital.

En Febrero, después de mucho tiempo sin ver a sus padres y familiares, decidieron viajar hacia el gran Buenos Aires. Cuando se acercaba la fecha del regreso a Catamarca a continuar con la construcción de la casa y las tareas en la huerta, los sorprendió la pandemia y eso para ellos fue un trastorno muy importante, porque si bien tienen familia y son recibidos, sus padres ya habían organizado la vida sin sus hijos, de manera que la permanencia allí comenzó a complicarse.

Fue así que decidieron regresar a la provincia de Catamarca, su residencia desde Enero de 2019. Fueron estudiando la situación de la pandemia en Catamarca, los permisos y el protocolo que exigen las autoridades. iniciaron los trámites, completaron todo y el domingo emprendieron el tan ansiado regreso a su hogar de residencia en la localidad de Famatanca. Viajaron sin problemas. En Villa María los pararon en un control sanitario y les hicieron el test rápido que dio negativo y desde hace 30 horas que esperan la autorización para ingresar a Catamarca y cumplir todos los procedimientos que indiquen las autoridades.

Sólo piensan en "volver a casa" y están convencidos que lo lograrán, en ese sentido, indicaron que confían en las autoridades sanitarias de la provincia y están dispuestos a cumplir todos los protocolos que les sean requeridos. Ellos son Florencia Balcarce y Federico Rodríguez, de 24 años y Rodrigo Repole, de 21.