En todo el mundo, desde 1994, cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, fecha establecida por La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En la Conferencia Mundial sobre los pueblos indígenas de 2014, se elaboró un Plan de Acción en 2015 para todo el sistema de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas confeccionado por el Grupo de Apoyo Interinstitucional sobre Cuestiones Indígenas, en consulta con los Pueblos Indígenas, los Estados miembros de las Naciones Unidas, las agencias de la ONU y otras partes interesadas. Su objetivo es garantizar un enfoque coherente para lograr los objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

De acuerdo a diferentes representantes y organizaciones indígenas del continente, el 9 de agosto debe ser un día para propiciar el diálogo entre los Pueblos Indígenas, los gobiernos y Estados, la cooperación internacional, organizaciones no gubernamentales y todos los actores que trabajan para el bien común de estos pueblos que pese a los esfuerzos realizados aún existen millones de indígenas en todo el planeta en situación de pobreza, discriminación y sin el reconocimiento a sus propias identidades, culturas y formas de organización.

Los pueblos indígenas han pedido que se establezca un enfoque de desarrollo basado en los derechos humanos, que respete su cultura e identidad e incluya sus derechos individuales y colectivos.

Los objetivos principales propuestos para los decenios tales como: El fomento de la no discriminación y de la inclusión efectiva de los pueblos indígenas en la elaboración, aplicación y evaluación de los procesos internacionales, regionales y nacionales relativos a la legislación, las políticas, los recursos, los programas y los proyectos o la participación plena y efectiva en las decisiones que afectan directa o indirectamente a sus estilos de vida, tierras tradicionales y territorios, a su integridad cultural como pueblos indígenas que poseen derechos colectivos o a cualquier otro aspecto de sus vidas, teniendo en cuenta el principio del consentimiento libre, previo e informado y el respeto de la diversidad cultural y lingüística. Todos ellos, totalmente ajustado a derecho no han logrado materializarse en la cotidianidad, puesto que el incumplimiento de los mismos por parte de los Estados, se evidencian en la realidad de todas las Comunidades Indígenas de nuestro Continente.

Los integrantes de las Comunidades Indígenas, son los más pobres entre los pobres.

A pesar que, nuestra Constitución Nacional, establece su preexistencia étnica y reconoce la propiedad de los territorios que ancestralmente ocupan, paradójicamente su lucha principal se centra en la recuperación de las tierras que les usurparon, en muchos casos en total connivencia con funcionarios del Estado.

La pérdida de los territorios en la vida de los Pueblos Indígenas, inevitablemente significa la miseria, el hambre y hasta la muerte. Lo dicho se visibilizó, en los primeros meses del corriente año a través de medios de prensa independiente, cuando se hacían públicas las muertes de niños y niñas del Pueblo Wichi, en Salta. Las condiciones alimentarias, habitacionales, ambientales, educacionales en las que transitan su vida son inaceptables y repudiables.

Este año, la jornada está dedicada al: "COVID-19 y la resiliencia de los pueblos indígenas".

Es bueno que organismos internacionales hablen de la resiliencia, toda vez que la misma es la capacidad de sobrellevar la adversidad y salir fortalecido de la misma.

Pero, una vez más se apela a esta capacidad que históricamente han demostrado nuestros Pueblos Indígenas que, desde el abandono y la discriminación luchan por sobrevivir.

En esta pandemia. los pueblos indígenas están buscando sus propias soluciones. Están tomando medidas y utilizando los conocimientos y prácticas tradicionales, como el aislamiento voluntario y el cercamiento de sus territorios, así como medidas preventivas, difundidas y abordadas en sus propias lenguas”.

A nivel local, se puede citar como ejemplo, las acciones desarrolladas por la Comunidad Indígena de Los Morteritos – Las Cuevas que, apenas iniciada la cuarentena impuesta por el gobierno nacional, en asamblea comunitaria decidieron protegerse, adoptando la responsabilidad de adecuar las normas sanitarias conforme a su realidad.

Un fragmento de un documento del PNUD, Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas, señala que "COVID-19 y la resiliencia de los pueblos indígenas" se debe plantear desde la lucha que encabezaron los pueblos indígenas ante la pandemia para poder resguardarse y protegerse ante el abandono, desidia estatal. Enfatizar sobre el insuficiente interés de los estados latinoamericanos sobre los pueblos indígenas.

Por último, es un imperativo que en nuestro país y en nuestra provincia, este Día Internacional de los Pueblos Indígenas, sirva para asumir un compromiso real de hacer efectivos sus derechos para que dejen de ser letra muerta y se acate cabalmente la exhortación de Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas expresa: “En esta conmemoración anual, comprometámonos a hacer plenamente realidad la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, incluidos los derechos a la libre determinación y a sus tierras, territorios y recursos tradicionales.”