La última novedad que advertimos en el foráneo dirigente, es que estamos ante un gran escriba docto, capaz de sacar a relucir una prosa política digna de los mejores escribidores políticos de los medios nacionales.

No es de interés de nuestro medio, entrar en una discusión sin sentido y que tiene como único objetivo del ex legislador aparecer en los medios de comunicación. Como se suele decir de los niños ruidosos, lo hace “para llamar la atención”. Más que reaccionar a imprevistos estímulos externos, nuestro espíritu transita por la cooperación.

Allá vamos: De lo expresado por Molina nos parece importante resaltar que está muy bien que como dirigente opositor denuncie los hechos de corrupción del gobierno actual si los hubiera, pero durante los 4 años de su mandato como diputado, no realizó ninguna denuncia contra la administración de Lucía Corpacci y votó a favor una trascendente ley propuesta por el gobierno anterior, de signo contrario al de él.

De todo lo expresado debemos resaltar una denuncia que realizó en sus apariciones mediáticas, que no pasó desapercibida en absoluto e invitarlo a presentarse a la Justicia si es que tiene las pruebas, tal como lo ha expresado. De no hacerlo, podría incurrir en la figura penal del encubrimiento, pues en su opinión se ha deslizado la posible comisión de un hecho delictivo.

Carlos Molina afirma tener en su poder los papeles de capacitaciones que se hacían en el gobierno anterior en el ámbito de la Gerencia de Empleo que era conducida en esa época por el Dr. Mariano Manzi. Además, lo hace con un tono amenazante que sería oportuno que desentrañe.

Reiteramos nuestra postura de cooperación y desde esta crónica periodística promovemos la transparencia en los actos de gestión y el esclarecimiento de todo acto de corrupción realizado por cualquier gobierno, sin que importe su color y esperamos que Molina presente las pruebas, y no haya sido solo un exabrupto realizado al solo efecto de ensuciar a dirigentes, en este caso de su misma coalición política.