Carolina Mussi explicó cómo “Susy” se convirtió en “patrocinadora” del Programa Siria de 2016, que anteriormente se había instaurado en Argentina en 2014 como una especie de reunificación familiar.  En ese sentido señaló que “cuando estalla la guerra en Siria, los países tratan de colaborar de alguna forma, porque Argentina en general y Catamarca en particular, tienen una inmigración Sirio-Libanesa histórica, y en este marco, el gobierno decide instaurar una visa humanitaria para los familiares sirios que estaban tratando de huir de la guerra y querían venir al país, el cual el patrocinador se compromete a darle un apoyo económico, acompañamiento para que se integre en la sociedad, durante un año”.

Siria, en el corazón de Oriente Próximo, ha sido un punto estratégico desde la Antigüedad por  ser el paso entre Oriente y Occidente, el cual en 2011 estalló la Primavera Árabe en Túnez, Libia y Egipto y continuó en países como Siria. Lo que comenzó como una protesta pacífica pasó a ser una guerra civil entre los partidarios del presidente sirio y los opositores, que hoy en día sigue vigente.

Actualmente 3 de cada 4 sirios han tenido que huir de su hogar y  hay 6.3 millones de refugiados sirios en todo el mundo.

“El programa empezó a funcionar muy bien, empezaron a llegar familias sirias a diferentes provincias, la mayoría en el norte donde está la población sirio-libanesa más grande; como esto empezó a crecer, una organización que está en Capital Federal, Esclava del Sagrado Corazón, le pide al gobierno en 2016 de que si bien no tienen familiares, quieren colaborar con las personas que están allá. El gobierno allí, asume otro compromiso con Mauricio Macri, donde en la reunión de la ONU, modifican eso para que puedan hacerlo organizaciones o personas comunes y que no hacía falta vínculo sanguíneo”, subrayó. 

Por otro lado, expresó que en 2018, gracias a una nueva modificación a esta disposición del gobierno argentino, “empiezan a intervenir los organismos internacionales del Acnur y la OIM, que trabajan en conjunto con el apoyo de la Unión Europea que es fundamental y le da enorme soporte al gobierno Argentino. Por eso, copiando el modelo canadiense histórico que se llama Patrocinio Comunitario, modifican que, en vez de que sea una persona que se inscribe, sea de al menos un grupo de tres, es decir algo más comunitario”.

La fundación Amal, se formalizó hace "un año y un poco mas", la cual trabaja en conjunto con Acnur y la OIM y "es una red de apoyo y patrocinio comunitario en Argentina, donde trabajamos junto al gobierno y con estas agencias en el marco de estos programas", remarcó Mussi, el cual el mismo cuenta con 450 sirios que ingresaron al país. 

La historia de "Susy"

Dentro de esta comunidad capaces de acoger corazones asustados y sufrientes en su propio hogar, se encuentra Susana Gutiérrez Barón, una argentina de 66 años que vive en Pilar con Patricio, su pareja. Luego de inscribirse en 2016, al año siguiente recibió a "Eddy", un joven sirio de 29 años oriundo de Latakia, una ciudad chica en Siria.

Luego de tan solo tres meses, Susana recibió a "Okba", un joven sirio también de Latakia.

Como consecuencia de la pandemia los cambios en este proceso se vieron reflejados por la Organización de las Naciones Unidas a nivel mundial: “se frenaron los viajes y no pudo trasladar más personas refugiadas a partir del 17 de marzo y es la primera vez en la historia que ocurre. Ya hay protocolos armados para el traslado de refugiados que en Europa van a empezar seguro en agosto a implementarse y acá estamos esperando seis familias que tienen que llegar antes de fin de año y justo entro una familia a la ciudad de córdoba el día 12 de marzo, unos días antes del cierre así que es la única que logró llegar antes del cierre de fronteras”, explicó Carolina Mussi.