Será necesaria una década para poder reparar los daños al medio ambiente en el Círculo Polar Ártico, debido al derrame de combustible en una central termoeléctrica situada a unos 10 km al oeste de Norilsk, una gran ciudad en el extremo norte de Siberia Occidental cerca del Círculo Polar Ártico.
Las altas temperaturas en la región de Norilsk han derretido el permafrost (capa de hielo permanente en el suelo) del suelo produciendo fallos estructurales en uno de los pilares que sostenían en grandísimo deposito con unas 21.000 toneladas de diésel.
Empresas y entidades de nivel federal de Rusia se movilizan para disminuir las consecuencias del derrame que ha causado daños ecológicos que requerirán una década en subsanarse, según el Gobierno ruso.
El ministro de Emergencias de Rusia, Evgueni Zínichev, sobrevoló el jueves a la zona del accidente junto con una comisión creada para responder a este desastre ecológico.
De acuerdo con Greenpeace, es el primer accidente de tal magnitud en el Ártico y es comparable al derrame del buque cisterna "Exxon Valdez" ocurrido hace tres décadas frente a las costas de Alaska.
Los ríos Ambárnaya (cuyas aguas alcanzan el océano Ártico) y Dalkikán ya estaban muy contaminados por vertidos anteriores de la industria del níquel pero ahora lo están aun más, de modo que sus aguas han quedado teñidas de color púrpura.
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