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“A un libro no se lo termina, a un libro se lo abandona” afirmó Verónica Viola Fisher

Es la autora de "Hacer Sapito" (1995), "A boca de jarro" (2003), "Arveja negra" (2005),  "Nota para un agitador" (Chile, 2008) y "Boomerang" (2015). Algunos poemas suyos forman parte de la Antología "53/70, Poesía Argentina del Siglo XX" (2015).

Nacida en 1974, Verónica publicó su primer y más famoso libro – "Hacer sapito# -  cuando tenía solo 21 años. La escritora tiene el don de producir poesías que huyen de lo convencional. Con efecto, la poesía de Verónica abre al lector la posibilidad de interpretar sus frases de manera  subjetiva, sin que se pierda  el hilo de la personalidad de la autora.

La escritora nos contó que cuando era adolescente participó en talleres literarios. Sin embargo, cuando dejó de frecuentarlos, tuvo el impulso de comenzar a escribir. Y las ideas saltaron de su cabeza al papel como una especie de vómito. Un verdadero volcán en erupción. Por lo tanto, su primer libro fue escrito bastante rápido, y cuando joven ya era autora de poesía que marcó a sus compañeras en los años 90.

Hablar de la poesía de Verónica Viola Fisher es hablar de textos fuertes y de mucha personalidad. La temperatura nunca es suave: solo helada o muy caliente. Tanto es así que sus  poemas a veces nos hacen pensar si estamos ante una experiencia personal o una mezcla de esta con su fértil imaginación...

“Me parece que la memoria y la imaginación se mezclan. No recordamos las cosas tal cual pasaron, pero las recordamos como imaginamos que pasaron. Y tudo que se escribe es personal. Si escribes sobre extraterrestres, allí está su subjetividad.” – nos cuenta la escritora.

En una de las entrevistas a las que tuvimos acceso, le preguntaron a la poetisa: “¿Te molesta, que en algunos casos, te consideren parte de los autores de la llamada generación del 90?” “¿Por qué me molestaría?” -  respondió, “No me molesta para nada. Además, lo que otros puedan pensar de mi escritura o donde la ubique no es algo con lo cual pueda discutir. Cada lector* tiene derecho a clasificar lo que lee donde quiere”.

Aunque nuestra pregunta era obvia por la respuesta anterior,  quisimos saber si alguna vez la escritora escribió un texto y lo dejó de publicarlo pensando en una reacción negativa del público o de la crítica especializada. “Cada persona tiene su propia lectura. Lo que importa es mi propia reacción a lo que escribo. Cuando veo que no tengo nada más a hacer  con un texto y que tiene cierta dignidad, si me dá ganas de compartirlo, yo comparto. Pueden gustarle o no. Yo no puedo manejar eso. Me interesa la lectura de algunas personas en particular y o que recibo de otras personas, sea bueno o malo, servirá para el futuro de mis escrituras ".

Cuando  se le preguntamos  sobre la influencia de algún autor o autora, Verónica responde que en su primer libro hubo influencia de su maestra. “Después, en realidad,  las influencias tienen mucho que ver con la forma de leer de la persona que escribe,  e mi forma de leer no es una forma sistemática, pero caótica. Salto de un libro para otro libro. No seguí alguna autora o algún autor en particular. No que me di cuenta.” remarcó.

Además de ser escritora, Verónica también es bibliotecaria y ha realizado, en el pasado, algunos talleres literarios. Y como un tema desarrolla hacia otro, quisimos saber cuál  su visión para la nueva generación frente a la literatura, teniendo en cuenta la creciente inmediatez, que se fomenta por los medios disponibles en tabletas, teléfonos celulares y computadoras.

Verónica entiende que los jóvenes de hoy no dejan de leer, sino que leen de otra manera. La diferencia está precisamente en la inmediatez. Cualquier publicación propia en el medio digital tiene un retorno inmediato, y esa es la diferencia de los libros físicos, que toman un camino diferente.

Marcella Bisetto: ¿Y qué decir de la preocupación de los padres con el contenido de estas lecturas?

"Incluso cuando solo teníamos libros físicos, también había una preocupación por el contenido ..." – dijo Verónica.

La pura verdad.

¿Cómo manejas  las ideas y pensamientos que rodean su cabeza de  escritora, que pueden dar lugar a textos interesantes? Estos momentos llegan espontáneamente  en cualquier hora y lugar. ¿Qué haces en estas ocasiones? ¿Escribes en un cuaderno siempre a mano, o lo guardas en la memoria y lo desarrollas  en la primera oportunidad? – le preguntamos.

“Muchas veces tengo conmigo una libretita. Otras veces no, espero para sentar en la computadora. A veces es una mezcla. Anoto en la libreta, y termino en la computadora.”

Cuando terminas un libro, ¿lo revisas a menudo? ¿Cuándo crees que terminas un libro?

Verónica explica que ella misma hace las correcciones, aunque, dependiendo del editor, hay una corrección posterior. Ella es obsesionada con el perfeccionismo. En cuanto a la finalización de una obra, Verónica menciona que hay autores que escriben toda su vida y no publican sus libros. Y con sabiduría concluye: “Un libro no se lo termina. Un libro se abandona.”

Y hay buenas noticias... Por primera vez Verónica publicará una novela. ¿Cuándo conoceremos el nuevo trabajo?

"Tengo que ver cuando lo abandono" – ella responde con una sonrisa en su rostro (gracias a la tecnología actual, incluso a distancia, en una entrevista de radio, podemos ver a nuestro interlocutor).

 

 

 

 

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