Luego de un acuerdo sellado entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el polémico Presidente del Tribunal de Cuentas, Eduardo Grinberg, a partir del próximo 31 de mayo habrá cuatro cambios en secretarías.

La decisión será sometida a votación el 26 de este mes. Kicillof pondrá un pie en las cuentas públicas de la provincia y Grinberg evitará llegar a juicio político y recuperará algo de la influencia perdida durante la gestión de María Eugenia Vidal.

Así, el Tribunal de Cuentas desplazará a Felipe Gonzalez Barlatay, Secretario Legal y Técnico; Hernán Jorge Gonzalez, Secretario de Modernización y Fortalecimiento Institucional; Leonardo Di Pietro, Secretario de Auditorías Financieras y Proyectos de Inversión; y María Florencia Vezzeti, Secretaria de Actuaciones y Procedimiento.

En lugar del personal removido ingresará Gonzalo Sebastián Kodelia, Secretario Legal y Técnico; María del Carmen Sabugal, Secretaria de Modernización y Fortalecimiento Institucional; Alejandro Daniel Alegretti, Secretario de Relaciones Institucionales y Profesionales; y Jimena Alonso, Secretaria de Auditorías Financieras y Proyectos de Inversión.

Marta Silvina Novello, que se desempeña actualmente como Secretaria de Relaciones Institucionales y Profesionales, pasará a ser Secretaria de Actuaciones y Procedimiento.

Eduardo Grinberg, quien tiene simpatía con el radicalismo, llegó a la presidencia del Tribunal el 9 de febrero de 1987 de la mano del exgobernador bonaerense Alejandro Armendáriz. Anteriormente, fue denunciado por tener contratados a su cónyuge, Susana Klurfan; su hijo, Ignacio Grimberg; su contador, Carlos Basile; la esposa de su chofer, Maria del Carmen Arias; y a su profesor de yachting, Diego González.

Vidal, en su momento, desde que asumió en diciembre de 2015, miro con recelo lo que ocurría puertas adentro del organismo, donde peronistas y radicales convivían, sin una grieta tan marcada.