Hasta las típicas bolsas «de papel» de toda la vida, que las consumimos como calmantes digestivos quizás, suelen llevar plástico, así lo afirman investigadores de la Universidad McGill en Canadá, al analizar los efectos de poner cuatro bolsas de té comerciales diferentes en agua hirviendo.

Encontraron que una sola bolsa libera alrededor de 11.600 millones de partículas micro plásticas, y 3.100 millones de partículas nanoplásticas aún más pequeñas dentro de la taza, es decir, miles de veces más que la cantidad de plástico previamente encontrada en otros alimentos y bebidas. 

A su vez, muchos productores de té usan polipropileno para sellar sus bolsas.

Los efectos sobre la salud de beber estas partículas son desconocidos, según los investigadores, que llamaron a realizar más estudios sobre el área.

Los científicos han encontrado micro plásticos en varios alimentos, pero se ha investigado menos si pueden arrojarse al agua durante la preparación del té y otras bebidas calientes.

Los humanos comen un promedio de 5 gramos de plástico cada semana, según un estudio a principios de este año, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito en plástico.

En el mismo sentido, cabe destacar que las bolsas de té/infusiones no son biodegradables y al permanecen en el entorno, se degradan hasta convertirse en micro plásticos. El microplástico entra en la cadena alimentaria de las especies marinas afectando su salud.

Una alternativa, es el té de hierbas naturales.