El jueves por la noche se activó el protocolo especial por un posible caso de coronavirus en una embarcación de la empresa Buquebus que realizó uno de los viajes de repatriación de argentinos que estaban varados en Uruguay. Se trataba del joven argentino Luca Singerman, proveniente de Europa vía Punta del Este.

El buque, con 400 pasajeros a bordo proveniente de Colonia, fue retenido en el puerto de Buenos Aires luego de que un pasajero argentino le informara al capitán que en un kit rápido (no definitivo) para detectar COVID-16 había dado positivo. La situación generó alarma entre los pasajeros.

De inmediato, el capitán de la nave reportó la novedad a la empresa y a las autoridades de la Prefectura Naval Argentina y de sanidad de fronteras para que se montara el operativo previsto para este tipo de situaciones.

Según trascendió, el pasajero de entre 20 y 25 años, cuyo nombre es Luca Singerman, habría llegado recientemente de Europa, y se dirigió desde Punta del Este a Colonia para ser repatriado.

Según informaron fuentes del gobierno porteño, el buque Juan Patricio había partido a las 18:30 desde Colonia y arribó a las 19:30 al puerto metropolitano. Allí lo esperaban autoridades sanitarias nacionales y de la Ciudad de Buenos Aires, que en forma inmediata procedieron a la evacuación del pasajero y lo trasladaron a un establecimiento sanitario de la Capital.

Al mismo tiempo notificaron a los casi 400 pasajeros y tripulantes de la nave que habiéndose constatado la presencia de un pasajero con síntomas compatibles con COVID-19 a partir de ese momento todos pasaban a “cuarentena obligatoria”.

Dado que el buque no cuenta con alojamientos, se dispuso la reubicación de todos los involucrados en el Hotel Panamericano, especialmente acondicionado para albergarlos (desde ayer las autoridades porteñas están internando en hoteles a los enfermos leves).

Varias ambulancias del SAME se hicieron presentes en la terminal de Buquebus. Bajo coordinación de Alberto Crescenti, director de emergencias del gobierno porteño, se organizó el traslado de los pasajeros a la unidad de confinamiento.

Según supo la fuente, el buque Juan Patricio fue puesto en “cuarentena” para realizar la desinfección correspondiente según el protocolo, por lo que quedó fuera de servicio momentáneamente para continuar con la repatriación de argentinos.

Fuente: Infobae

"Horas más tarde, Buquebus informó que hasta nuevo aviso no habría más viajes entre Argentina y Uruguay por el cierre de fronteras de ambos países.

Lo insólito es que el padre del joven responsabilizó de la acción de su hijo al consulado argentino, a quienes dijo les iniciaría acciones legales. Según el empresario, en el consulado habrían subestimado el problema y alentado para que tomara el rumbo a Buenos Aires antes del cierre de las fronteras. En este punto vale destacar que la embajada argentina aún continúa sin embajador, ya que Alberto Iribarren aún no pudo asumir el cargo por el aislamiento que provoca el virus.

Fuentes vinculadas a la embajada consideraron ridículo el planteo de la familia Singerman, ya que aseguran que Luca jamás contó lo que estaba ocurriendo ni confesó sus sospechas de ser portador del coronavirus. La irresponsabilidad del joven dejó cuatrocientas personas en cuarentena. Además, a raíz del hecho, la compañía Buquebus debió suspender otros viajes de repatriación de connacionales.

Por último, vale destacar que a Luca Singerman le podría caber una pena de hasta quince años de prisión por propagar una enfermedad peligrosa. (www.REALPOLITIK.com.ar)"