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Opinión

Los dueños del poder en Catamarca

Días pasados, éste diario publicó una nota donde se ponía de manifiesto la presencia casi completa de una familia catamarqueña en las esferas del poder político.https://www.elpucara.com/2020/01/vergonzante-familia-barros-jorrat-coloca-a-catamarca-en-un-triste-record-mundial/

La nota en cuestión se viralizó, de tal modo que pasó a tener un protagonismo a nivel nacional inédito. Miles y miles de lectores no sólo de Catamarca sino de todo el país se interesaron por conocer, un triste récord mundial generado en nuestra provincia.

El de una familia, donde la casi totalidad de sus miembros accedió a un cargo político por el quebradizo manejo del tráfico de influencias, aunque en los corrillos internos de la política, se saben cuáles fueron los auténticos  “motivos” de tanto reconocimiento.

Pero es necesario aclarar, sobre todo por algunos comentarios en las redes sociales, que a El Pucará no le interesan las cuestiones personales, ni la nota viral fue una cuestión personal.

Sí la elegida resultó ser puntualmente esa familia, no fue por nada en especial sino porque llamó la atención lo intergeneracional y consanguíneo de la cuestión.

La familia es una de las tantas que ha accedido a puestos clave, de las que detentan el pésimo concepto de ser las dueñas del poder en Catamarca, pero no la principal, claro.

No obstante, los Barros Jorrat, son el emblema negativo del deber ser, por aquello de la consanguinidad y de la conciencia social, a través de las conductas pueden ser calificadas de buenas o de malas. En ese sentido, los lectores se expresaron en forma lapidaria en las redes sociales.

Una amplia mayoría considera estas prácticas como muy perjudiciales para el contrato social, designaciones masivas, nepotismo y el tráfico de influencias. Todas estas malas prácticas constituyen una burla intolerable a la ciudadanía.

Al mismo tiempo, existen otras familias más poderosas y no tan concentradas, aunque sí amplias por el grado de afinidad, que monopolizan los cargos ejecutivos, judiciales y legislativos, es decir de los tres poderes del Estado y que no sólo se aseguran las principales definiciones del poder público, sino lo más grave, la necesaria impunidad para que el martillo de la Justicia nunca caiga sobre sus cabezas. Mucha sospechas, denuncias, pruebas y nunca un juicio justo y una condena ejemplar para ellos. Nunca. Ni en la Justicia Ordinaria provincial ni en la Justicia Nacional Federal, llamativamente...

Esas familias, que sobran los dedos las manos para contarlas, se quedan sistemáticamente con todo. Son los verdaderos dueños del poder en Catamarca, del mismo modo que lo eran, los señores feudales en la Edad Media.

Cargos  públicos, gabinete de ministros, concursos de antecedentes amañados, plenarios de senadores, etc., desdibujan el sistema republicano consagrado en la Constitución provincial y atentan contra la calidad de vida de los ciudadanos de a pie, que nada pueden hacer ante tanta opulencia y enriquecimiento, ante tanto poderío desmesurado.

Concretamente, nos referimos a las familias Saadi, Corpacci y Mercado, que directa e indirectamente han coptado casi todo el Poder Judicial, gran parte del Ministerio Público y todo el sistema minero, asegurándose no sólo los puestos claves de la administración central sino la impunidad, tan necesaria para sostenerse y reafirmar una y otra vez, la suma del poder público y la impunidad.

Por más que digan que se ajustan a derecho, ello no es así porque existe una enorme brecha entre la opinión pública y los resultados en las urnas. La sensación que se tiene es que la voluntad popular real no es la que se expresa en los resultados electorales.

Y la forma de corroborarlo es observando el obsoleto sistema eleccionario. Obtuso, fuera de toda lógica, artero, contrario a los avances tecnológicos. El perverso sistema genera un halo de sospecha permanente, que se confirma con la realidad lacerante de los propietarios del poder, los señores feudales que gestionan la administración de los recursos públicos a su antojo.

Es oportuno recordar que la provincia de Catamarca ostenta varios tristes récords en materia de estadísticas. Ser la provincia más pobre del país, con un guarismo que supera el 40 %; el más alto índice de empleados públicos sobre empleados activos, de todo el país en relación con su población y la deserción escolar de los estudiantes secundarios que se ubica en el 50 % del estudiantado.

Esta organización política debe modificarse sustancialmente si es que algún día se quiere modificar esa realidad tan lacerante, propia de la Edad Media, donde un grupo de poderosos sojuzgaba y asfixiaba al pueblo que nunca podía progresar, claro eran los dueños del poder, igual que en Catamarca.

 

 

Catamarca Dueños del poder familias influencias

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