En la Copa América, el VAR volvió a ser la estrella del partido cuando al equipo uruguayo le anularon cuatro goles por estar en posición milimétrica fuera de juego. Tras el empate en cero, Perú se impuso en los penales. El único jugador que no convirtió fue Luis Suárez cuyo remate fue rechazado por el abdomen del arquero peruano.

Muestra de su desazón, fue un momento triste observar al consagrado jugador uruguayo, delantero del Barcelona llorar por el penal malogrado que en definitiva redundó en la eliminación de la Celeste de la edición de la Copa América.

El encuentro tuvo momentos de variada intensidad, muy equilibrado, con pasajes de buen fútbol por parte de ambos equipos, aunque las mejores oportunidades siempre estuvieron del lado uruguayo. Los Charrúas no le encontraban la vuelta a la salida del medio campo y Nandez nunca fue alternativa válida como carrilero. Perú por momentos trataba bien la pelota pero sin poder arrimarse a zona de fuego y Paolo Guerrero su principal carta ofensiva lucía muy aislado en la del área rival.

En e segundo tiempo el maestro sacó a Nanez y puso un volante ofensivo. De ese modo reforzó el volumen de juego en el mediocampo y la Celeste fue superior al equipo incaico. Cuatro goles en posición fuera de juego fueron muchos y reflejan que el verdadero dominador de las acciones, el equipo que mereció ganar en los 90 minutos de juego, fue la Selección de Uruguay.

Y la injusticia final se reflejó en los tiros desde los doce pasos, donde Perú fue letal y Luis Suárez falló el suyo. Por los visto hasta hoy, y de acuerdo a la lógica, los equipos favoritos para llegar a la final son Chile y Brasil, aunque el fútbol al igual que la moneda tiene dos caras, una buena y una mala y en una de esas se produce el fenómeno que se producen cuando ganan los malos.